LO QUE DE VERDAD IMPORTA
¿De qué hablabais de camino? |
El fuego es hermoso y fuerte, el sol es bello en su esplendor. El fuego brilla en la noche, el sol alumbra el día. Caminemos de día para no tropezar, y nuestra luz será el Señor.
Si tu ojo está enfermo, tropezarás. Necesitas colirio. Para andar con rectitud hace falta saber adónde vas. Puedes ir andando, corriendo, en bici o en coche; o un tramo así y otro asá, pero para alcanzar la meta necesitas conocer el camino. Un ciego no puede guiar a otro ciego...
¿A dónde vamos? Y ¿Quién nos llevará?
El único destino es la ciudad de Dios, en la que Él mismo es la luz. El camino para llegar allí es Jesucristo. El que no siembra con Él, desparrama. El progreso es, ha sido y será siempre Jesucristo. Donde se proscribe su nombre reina la miseria. Hay quienes, viéndose poderosos, ansían soltarse ese yugo, pero fue llevándolo como subieron tan alto...
Dice San Pablo: “Yo sólo sé a Cristo; y éste, crucificado”. Por mi parte, me veo pequeño, muy frágil, y he comprobado muchas veces que sin Dios no soy nada ni puedo nada. Y que sólo de Él obtengo fuerzas para seguir adelante.
En este contexto ¿qué son todas esas noticias de la actualidad? Humo y viento.
Es verdad que tenemos un cuerpo que necesita cuidados, pero también es verdad que Dios lo sabe y se ocupa de ello. ¿Qué es primero? Lo primero es Amar a Dios; y eso se plasma en amar al prójimo; pero Dios siempre es más y está más allá de todo lo que podamos imaginar; y por eso dice el Evangelio de Lucas: “…y cuando hayáis hecho todo lo que os fue mandado, decid: ‘Siervos inútiles somos, hemos hecho lo que teníamos que hacer”.
Se encrespan los ánimos inútilmente; al fin y al cabo ¿de qué presumimos?, ¿qué tenemos que no nos haya sido dado –de una u otra manera- por Dios?
Somos una comunidad de personas con intereses comunes. “Un hombre solo, una mujer, así tomados de uno en uno, son como polvo, no son nada”; “Nadie es una isla, completo en sí mismo… no preguntes por quién doblan las campanas… doblan por ti.”. ¿Qué es el PP o el PSOE? Esas siglas son personas. ¿Por qué andan diciendo ‘se suicida el PP’? ¿acaso pueden muchos millones ponerse de acuerdo para quitarse la vida?
¿Qué esconden pues esas palabras? Esconden codicia. Cuando se agitan las aguas se pesca más, y en los negocios donde hay confusión medran los codiciosos y bulliciosos.
Teníamos el lunes una marea a favor, parecía que las aguas volvían a su cauce, que la deriva al caos en que estábamos metidos por fin se frenaba. Y de repente se encrespó el mar. Qué casualidad. Bastó una semana para que volviéramos a estar a la deriva. Y hoy dicen en la prensa que bastará otra para que recuperemos el rumbo, pero con otro capitán; o capitana.
¿Por qué están tan seguros? ¿Por qué quiere tanto la gente a esa capitana? ¿Qué méritos tiene?
Básicamente, su único 'mérito' es ser idónea para la continuidad de esa política que últimamente actúa de espaldas y contra la gente. En estos últimos años se ha culminado un proceso de cambio sin precedentes de las leyes que nos sustentan; ha ocurrido en la sombra y permanece oculto. Este nuevo entramado legal aleja el poder de los ciudadanos para siempre; vuelve inaudible y por tanto irrelevante la voz del pueblo. Y era en ella, en su presencia real en el foro de las decisiones, donde residía hasta ahora la verdad que nos unía: estaba en el respeto a los mayores y en la fe de las abuelas; en el amor de los padres a los hijos; en el culto de los expertos a la verdad intelectual; en la estima de todos a los ejemplos de vida virtuosa; en el reconocimiento popular a los méritos de los antepasados, etc. Ahora todo eso se ha adulterado y corrompido por decreto. Las leyes, económicas y sociales, condenan a caminar por una selva a quienes pretendan vivir de acuerdo a esa verdad, con mil tropiezos que les harán desistir… Al que intente nadar hacia la verdad, una corriente impetuosa le alejará cada vez más de la meta. En definitiva, y volviendo al principio de este artículo, en las turbulencias que caracterizan estos tiempos, mientras la mayoría luchamos por sobrevivir, los que nos dirigen se dedican a poner barreras legales en el único camino que acaba bien, el que lleva a la ciudad eterna.
Por mi parte, con este pequeño talento que tengo para juntar palabras, advierto a quienes me lean de lo que me parece meridianamente claro: Que en todo este lío que es la actualidad política de los últimos años rige un interés turbio para apartarnos de Dios.
En ese sentido, ayer llevé una gran decepción leyendo a un famoso periodista que muchas veces antes había anunciado eso mismo que yo acabo de decir. En esta ocasión terció sin tino en la polémica que desató la voz en alto de la sufrida España diciendo ¡basta!; no dio razones sino que arrojó al papel prejuicios y peligrosas acusaciones infundadas; escribió como embrujado… que no es tan raro con la que está cayendo; y ojalá este buen cronista se dé cuenta.
En cuanto a los méritos de la presidenta de Madrid sólo señalaba su garbo, salero y donaire, y que ‘se la levanta hasta a un muerto’. Pero no es eso lo que necesitamos, y además no es verdad. El Único capaz de levantar muertos (y desanimados) es Jesucristo, el mismo al que esta visión a ras de tierra de la política condena al ostracismo. Arrastrado por su propia vehemencia, terminaba el escritor esta columna (salvo error del editor) con un deseo impío para el líder de la oposición. Que Dios le perdone la veleidad de este tan inoportuno y poco edificante artículo; y que le dé humildad y gallardía para pedir perdón a quien es inocente mientras no se demuestre lo contrario.
Me viene inquietando la figura de Dª Isabel desde antes de que saltara a la fama poniéndose el mundo por montera: cuando, en Estado de Alarma, obligados por el sentido común, y la Constitución, a no obedecer más autoridad que la de Sánchez, para conjurar el grave peligro de una pandemia apocalíptica, ella, sabiendo que lo que iba a hacer era una temeridad y un delito, disolvió la estructura gubernamental de la Capital del País, provocando la caída del Vicepresidente del Gobierno, y arrastrando al país a una peligrosísima desestabilización... ¡cuando era más necesario que nunca estar bien coordinados para hacer frente al invisible enemigo que asolaba el país! De aquello sólo ella salió beneficiada; y España sigue hundiéndose desde entonces cada vez más...
Otra vez se oyen cantos de sirena de que un cambio en la cúpula sería la solución… justo lo mismo que cuando defenestraron a Rajoy teniendo los libros de cuentas de España bien cuadrados.
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