SE QUITÓ LA CARETA Y... ¡OH, CIELOS, OTRO SÁNCHEZ!
Somos herederos de una promesa... |
Hace tiempo que
mandamases del mundo gobiernan los medios de comunicación en España y, de la
mano de la ingeniería social, operan cambios para eliminar toda objeción moral a
sus impíos planes. Entre esas operaciones destaca la abyecta campaña de desprestigio contra la Iglesia, la voluntad de apartar a Dios de la vida pública para
llevar a cabo lo que ellos se imaginan que es un mundo mejor, a saber: un mundo donde todo esté digitalizado
y ellos sentados ante la pantalla que controla hasta el último pelo de la gente
(esta es la explicación de que ya hayan hecho inviable el ser trabajador autónomo).
A base de dinero crearon los partidos de Iglesias y Rivera, para dividir a la
izquierda y a la derecha. Ésos dos, al alimón con Sánchez, estando España ya muy
tocada por 'la crisis' de 2013, impidieron formar gobierno durante más de un año y
nos llevaron al borde de la ruina. Pero como no somos tontos, resistimos su
embestida y volvimos a votar al PP. Y ahí empezó la cruel campaña de los medios
para echarle a Rajoy todas las culpas y empujarle a dimitir. Finalmente, un juez
parcial dictó una sentencia injusta inculpando al PP y al día siguiente la
Prensa en bloque fulminó a Rajoy. El Partido Popular nombró una terna para sustituirlo:
Cospedal, Soraya y Casado. Como Dolores estaba salpicada por lo de Bárcenas, y
Soraya llevaba la marca de Rajoy, salió elegido Casado. ¿Por qué no se presentó
de aquella Núñez Feijó como candidato? ¿no aspiraba a ser presidente del gobierno? Lo cierto es que ya entonces vivía para eso, pero sus jefes - los que despeñaron a 'su jefe'-, le dijeron que aún no. Y como Núñez es un calco de Sánchez -torpe, servil a Don Dín y sin escrúpulos (ya de joven se embarcó con los narcos, 'y ahí sigue') - se plegó al plan de los dueños de España para
arrebatárnosla sin derramar sangre. Ese imperio amoral exigía suprimir todas las
leyes que nos unieran con nuestra gran tradición cristiana, y, lógicamente, eso sólo
podía hacerlo un gobierno radical de izquierdas sin oposición. Convenía que al
frente del PP estuviera alguien al que pudieran imponer dejar hacer a Sánchez para,
rematada la suplantación de las leyes, echarle en cara su inacción. Para Núñez
tenían reservado que estuviera al frente cuando se estrenase el nuevo gobierno
impío. Alguien con mucha cara, que, sin contemplaciones, sofocara cualquier
atisbo de contestación a la nueva totalitaria normalidad. Y así, a la chita
callando, urdieron una red legal bien estudiada para saltar hacia un futuro sin
trabas morales. Leyes como la de eutanasia; la de Enjuiciamiento, que pone fin
a la presunción de inocencia; la del Menor, que lo corrompe; la de la Familia, que,
si ya estaba herida de muerte, acaba de rematarla; las de Género, que ahondan
el enfrentamiento entre los sexos; las educativas, y un montón más de tipo
social, que son una ruptura total con el pasado. El modo tradicional de vivir
se acabará en poco tiempo, y con él, las libertades de hecho, aunque sigan existiendo
sobre el papel: la religiosa, de reunión, de expresión, de conciencia... Nadie
podrá hacer valer ningún derecho en absoluto, porque todo el entramado legal es
ya un instrumento de sometimiento de la plebe. Pasamos a ser números que maneja
el Dueño, que juega a ser ‘un dios mejor que el verdadero’ porque acabará con
los pobres... (matándolos, y matando la disidencia con el aislamiento 5G). Pero volviendo a la crónica de la actualidad y su secuencia
histórica: Núñez Feijó dijo de aquella que él se debía a los gallegos que acababan
de elegirle por mayoría, pero, como ya he dicho, la razón para excusarse era que el
jefe le había reservado para la segunda fase del plan, la que acaba de llegar. Preparada
la tramoya del nuevo orden, como si nada hubiera pasado en los turbulentos inicios
de este siglo, estamos a las puertas de un largo período de “tranquilo
bipartidismo” (ubi solitudinem faciunt pacem
apellant, "Siembran la desolación y la llaman 'paz'"). El siniestro covid sirvió para rematar el vil cambiazo de bases
legales que acabará con toda disidencia porque suponen un cerrojazo a la ley
natural, al principio rector benigno que ordena el derecho, otorgando igual
dignidad a todo ser humano. Una vez desprendido el orden legal de ese fundamento de sentido y unidad, emancipado del
reconocimiento de un principio benigno de orden natural, las leyes pierden su orientación
al bien común, pierden el espíritu, y quedan encadenadas a la materialidad de
los hechos que, por no poder superar las diferencias de raíz entre los seres
humanos, termina abocando a la ley del más fuerte. (La objetividad, en última
instancia el cálculo, termina siendo un principio mucho más subjetivo que el
que procede de suponer un Sumo Bien Rector, que ha impregnado nuestra civilización). En
definitiva, este ‘nuevo Estado’, recién llegado, es un chiringuito del Dueño; fulmina todas las
garantías del Derecho Tradicional –como el in dubio pro reo, la presunción de inocencia- y tras haber
corrompido todas las instituciones que ejercían de vigilantes de hecho del bien
común –incluida la Iglesia misma, con la que también se atrevieron, y a la que han puesto patas
arriba- deja el camino expedito para un totalitarismo con fachada de democracia.
Hace tres años, a propósito de saltar a la prensa, “no se sabe cómo”, un
gigantesco escándalo de pederastia en la Iglesia, B XVI explicó que ese 'sorprendente hallazgo’ obedecía a un plan largamente preparado y en marcha para
implantar un nuevo Credo –basado en la violencia y no en el amor- que pasa por
desacreditar la autoridad moral de la Iglesia (el famoso 'vete hijo, que allí no vas a aprender nada malo') y que condena a la exclusión al que no comulgue con
sus dogmas, como el del matrimonio homosexual. Cuando esto acabe estaremos peor
que en China, porque aquí la Iglesia mantendrá el título de ‘libre’.
Y lo que
acaba de pasar en el PP es el último asalto para esta ‘nueva normalidad’ en la
que todo va a ser como siempre… pero infinitamente peor. A partir de ahora, si
alguien sueña con mejorar el mundo tendrá que apuntarse a alguna ONG… que también
rendirá cuentas al Amo; o sea, que estamos ante el fin de los sueños, de la
ilusión, del porvenir. Y este plan malvado lleva prisa; entre otras cosas
porque los peces gordos quieren ver realizadas ‘en vida’ sus locas ambiciones.
Con esas prisas quitaron de en medio a Rajoy y pusieron a un líder blandito que 'se dejara aconsejar', y que dejara al gobierno usurpador llevar a cabo todas las
tropelías necesarias para acabar con las libertades, para dictar el nuevo
código de muerte. Y en ese pérfido plan, cuando esas leyes estuvieran listas -bajo
cualquier vulgar pretexto, y con cualquier vulgar villana que lo esgrimiera- la
prensa caería como un solo hombre sobre Casado acusándole de obstáculo. Entonces
sería, ¡y ya es!, el momento de sacar a escena al Sr. Núñez -elegido para
la nueva poltrona por ser duro y retorcido- cuyas cualidades serán más que necesarias para reprimir, con maña y saña, la previsible contestación que se levante
cuando la población empiece a darse cuenta del engaño. De estas condiciones del
candidato no hay duda, y sólo hay que ver cómo los barones, unánimes, se
inclinan ante él; y lo que es más grave, cómo se ha tirado al cuello de Casado nada más verse que la rectificación del rumbo de España asomaba ya por el horizonte de Castilla y León. Entonces, en vez de proceder con cautela, actuando sin ningún miramiento ni consideración, y sin tener pruebas ni indicios de culpa ninguna, se abalanzó sobre Casado 'destrozándole a machetazos'.
Ahora salta a
la vista que desleales infiltrados en el entorno de Casado le han tendido esa
trampa para fulminarle, como habían hecho antes con su jefe valiéndose de la
prevaricación de un juez corrupto. Entonces, ahora y en el futuro, si Dios no lo
remedia, bastará una calumnia para disparar desde los medios contra el
disidente y acabar con él; y no faltarán Carroñeros dispuestos a hacer ese
trabajo sucio.
Pero por los frutos se conoce al árbol, y al que, desde hoy, en
medio de la tristeza de los que amamos España, visten con ropajes de estadista
los medios, le vimos en el trance del linchamiento de Rajoy frotarse las manos,
y acudir a la Moncloa, el primero de todos, a legitimar el gobierno criminal de
Sánchez. El Sr. Núñez luce también el cinismo de los arrogantes, y se deja honrar
a costa de la reputación de otros, cuando él, recién metido en política, aceptó
ser huésped en la nave de un hombre de negocios turbios, de los que hay muchos en
Galicia, según la prensa. Y con esos malos principios subió como la espuma, y sigue
subiendo, y nos gobernará con mano de hierro si Dios no lo remedia; y será el
principio del fin…
...en el que Dios pondrá a sus enemigos como estrado de sus pies;
y pondrá a las ovejas a su derecha y a las cabras a su izquierda.
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