ORA ET PARA BELLUM
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¡Ruega por nos! |
Me ha llegado la siguiente comunicación desde el Colegio Diocesano de Toledo:
El inicio del curso escolar 2022-23 está generando muchas dudas e incertidumbres. A (...) la implantación de una nueva Ley Educativa, y a la
complicada situación económica, se suma la incorporación obligatoria ... de la figura
del Coordinador de Bienestar y Protección del Menor.
La Ley de protección integral a la infancia y la adolescencia, establece que todos los centros educativos
donde cursen estudios personas menores de edad, deben tener esta figura que vele por el bienestar de los
alumnos y la prevención, detección precoz y protección de los menores. Desde Escuelas Católicas valoramos
esta figura, pero rechazamos la forma en la que se está exigiendo a los centros, sin una regulación concreta y
clarificadora, sin recursos adicionales imprescindibles, y sin el conocimiento de las consecuencias de una
incorrecta aplicación de sus funciones o protocolos.
Consideramos que la Administración educativa o cualquier otro ámbito no puede seguir imponiendo
obligaciones a los centros concertados sin aportar los medios necesarios para su adecuado desempeño. Por
ello, desde Escuelas Católicas, en sus diferentes niveles y ámbitos, vamos a exigir que se otorguen recursos,
económicos y documentales, para una correcta aplicación de la ley y la consecución de los objetivos en ella
previstos...
El Colegio católico de la Diócesis valora positivamente la ley del Menor y que el gobierno ponga un comisario en el centro para que se cumpla. Pero ésta es una ley de claro cuño ideológico; a pesar de su nombre no busca el bien del menor sino configurar una sociedad sin Dios. Y para ello se entromete en el derecho de los padres a educar a sus hijos; de modo que si unos padres intentan disuadir a su hija de dieciséis años de que aborte, o de que se cambie de sexo, serán castigados. Y esto deja al descubierto que la verdadera finalidad de esta ley es, una vez más, destruir a la familia. La opinión de un experto (audio)
El invento del género es diabólico, o sea, busca dividir, separar, y debilitar (lo contrario que el Amor Creador Cristiano); y lo está haciendo 'con la misma velocidad con la que el covid invadió Occidente, o con la misma velocidad con la que circulan los datos 5G'; en un abrir y cerrar de ojos. Así pues, ¡atención!:
Si bien a estas alturas todos nos hemos dado cuenta de que desde el poder se intenta acabar con 'lo de siempre', con el orden que parte de la ley natural, lo que el mundo aún no ha comprendido es que esa guerra no es, como se nos quiere hacer creer, para imponer otro tipo de sociedad, un nuevo orden mundial; no, no es así. Las acciones políticas que estamos padeciendo no persiguen instaurar otra clase de sociedad, supuestamente más avanzada por liberarse de 'un Dios que prohibe', no. El fin al que conducen esas maniobras es el sometimiento de la vida humana al poder tiránico del enemigo de Dios; éste y no otro es el mayor deseo del Maligno: apropiarse -envileciéndola- de la obra suprema de Dios, de la niña de Sus ojos. Y que el Malo existe y actúa es una verdad tan accesible como la de comprobar que existe Dios; una verdad que han profesado la mayoría de los habitantes de esta parte del mundo durante los últimos dos milenios.
Sí, ciertamente, es eso lo que está en juego, y son síntomas del progreso de ese plan el rápido deterioro social que todos vemos, sentimos y padecemos.
Somos víctimas de la mentira por estar distanciados de Dios; y no estaríamos así si no nos hubiéramos separado de Él. De hecho, la miopía del mundo afecta también a la Iglesia. Hay en su seno muchos bien pensantes que creen que estas leyes son instrumentos de ciertos grupos de personas con ideas equivocadas, ideas de un 'marxismo cultural'; pero esta creencia tiene más que ver con la fuerte difusión que se le está dando en los medios que con un corpus doctrinal. Incluso en los medios de la Iglesia se oye a menudo esta opinión; porque también a ella le afecta la ceguera para ver los signos de los tiempos. El hecho de que personas con fama de cultas difundan desde los medios esa opinión responde al intento de legitimar la impostura que soterradamente intenta someternos. No es lo mismo decir: "esto viene del maligno" que decir "ya están otra vez estos nuevos marxistas"; porque si lo primero, que es la verdad profunda de esta subversión social, llegara a la conciencia de la masa, se aglutinaría rápidamente una fuerte oposición social para defender la vida del grave peligro que la amenaza; mientras que si atribuimos el atropello a hombres corrientes, que hoy están en el poder pero mañana quedarán relegados en las urnas, nos quedaremos tan tranquilos en el sillón, porque ese poder tiene fecha de caducidad -y así llevamos años criticando a Sánchez y viendo inminente el fin de su legislatura...
No hay duda de que lo que nos ha llevado a esta situación es el gran poder que le hemos dejado asumir al enemigo de Dios. No hemos llegado hasta aquí en un juego político "normal"; estamos al borde de un precipicio por la suma de las dejaciones de cada uno de los habitantes de la zona rica del planeta; porque nos hemos ido acostumbrando a no dar importancia a lo único que la tiene; esto es, el obrar conforme a la moral elemental, la que emana de la ley natural y nos obliga a todos; la que desde el principio general del respeto a la vida, ordena cada parcela de nuestra existencia con un orden que tiene la virtualidad de ser el único capaz de suscitar consenso; el que dio lugar en su día a una declaración universal de derechos humanos, la cual hoy ha quedado ya reducida a poco más que un doloroso recuerdo. Es el diablo quien promueve estas leyes de nuevo cuño, que llevan su sello hasta en el nombre, pues todas ellas afirman ser para proteger a los débiles siendo que con ellas se está matando... ¿Cuántos padres de familia han sido injustamente alejados de sus hijos o mujeres y han quedado destrozados? ¿Cuántos esposos deshechos e hijos malheridos? ¿Cuántas vidas truncadas antes de llegar a la juventud?
Por todo lo anterior, conviene muchísimo desenmascarar el intento de legitimar el maltrato que los políticos -de extremo a extremo del hemiciclo- ejercen sobre la población. Que nadie se engañe; porque aquí nuestro despiste le puede costar la vida a muchos... nuestros hijos entre ellos. Es preciso, más que nunca, llamar a las cosas por su nombre. Y si hay una organización humana detrás de todas estas leyes de muerte, ésa es la de los hijos de Satanás y su ejército de hechizados; y cambiarle el nombre es ponerse de su lado. La gente sencilla lo sabe; acabo de meter en el buscador "El humo de Satanás" y me ha salido esto: La opinión de la gente corriente
Ese humo tóxico sigue en el templo; pero se percibe más con el olor que con la vista. Si uno se acostumbra al suave olor de Cristo, pronto se hace experto en detectar lo que no viene de Él. Y hay claves, o pistas, que no fallan; como, por ejemplo, todas las expresiones católicas que incluyan una referencia positiva a conceptos del género. En este sentido, si estas 'cuñas' proceden de un obispo, por leves que sean, traen cola... y cuernos quemados. Una Iglesia sin mancha ni arruga
Noto perfectamente que el enemigo está muy nervioso, que se pensaba que el cambiazo (de la vida a la muerte) ya estaba maduro, y ha visto que no. En España han tenido varios patinazos; como el pensar que el Presidente del gobierno podía darle ya una patada a la Constitución (como la del fraudulento decreto de Alarma) sin que pasase nada... y no. Y, a partir de ahí, otros muchos, como el de dar por sentado que ya podían echar a Casado y entronizar al que nos iba a guiar -con vara de hierro- por un buen tiempo, "en sano bipartidismo y con sana democracia"; y por eso durante un mes y pico nos lo metieron a todas horas por los ojos, vestido de insigne prócer, hasta que, de pronto, al caer en la cuenta los del 5G de que todavía no estaban las uvas maduras, dejó de aparecer, devuelto al cajón de donde lo habían sacado, hasta mejor ocasión. Por eso y no por otra cosa "perdió Núñez el debate contra Sánchez en el Senado", porque conviene que se siga arrasando España hasta que se desmoronen los últimos bastiones que resisten.
Y, en efecto, hay signos de que ya están aquí las hordas de orcos armados hasta los dientes. En el colegio diocesano, como hemos visto al principio de este artículo, ya han tomado posiciones; y a mi familia, en concreto, la tienen sitiada y ya nos comunicó ayer nuestra letrada que el abogado cristiano de la acusación ha presentado al Juez su pliego de cargo contra nosotros, con pena de privación de libertad, claro, y con amenazas para cada uno de los tres, porque para eso están las leyes humanitarias del gobierno de Sánchez, que protegen a los débiles.
Y justo ahora, que arrecia el combate, es una pena que conspicuos doctores de nuestra Iglesia se retiren del frente... porque ¿quién va a decir públicamente que éste o aquel padre ha sido purgado; ésta o aquella madre injustamente vejada y abandonada; o éste o aquel sacerdote injustamente acusado y encarcelado? ¿Quién dará un paso al frente para que le disparen al pecho? Porque esto es lo que hay: ruido de sables, silbido de balas, intrigas, traiciones, deserciones, y muchas bajas.
Pero por encima de todo, y a pesar de esas tristezas, se levanta una gran noticia, una gran verdad, imperecedera: La Iglesia es Santa. Lo fue al principio porque nació del Santísimo, lo sigue siendo ahora en medio de la persecución, y lo será hasta el final. Sí, santa, y el único signo de salvación para este mundo sufriente. En esa confianza, que no defrauda, los cristianos mantenemos la alegría y perseveramos en la lucha. Un abrazo a todos.
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