EL MILAGRO DE ALMUDENA: DE ROTA, SÍ; DERROTADA, NO

Todo Va a Mejorar ya está para siempre en la biblioteca de Rota;
pero no en forma de libro póstumo, sino como ejemplo de coherencia.

Las quintas de los nacidos a finales de la década de los cincuenta afloramos a la vida adulta en la estela de aquella ‘lucha por las libertades’ que, nutrida con la leche riquísima de las ubres ubérrimas de la civilización cristiana, alistaba a jóvenes con buen paladar y vientres llenos. Muchos de éstos llegarían pronto a puestos de gran responsabilidad social, y después de unos años de hacer y deshacer según sus limitadas entendederas, sin ilusiones, y con mala conciencia, irían pasando a la reserva, mascullando en amargo silencio el engaño que les había gobernado durante toda su vida. 
Algunos tendríamos ‘la suerte’ de ser rescatados del engaño y del silencio a mitad de camino, y de empezar uno nuevo, difícil pero feliz. Pero la mayoría de los supervivientes del naufragio de aquellas generaciones, no tuvieron más salida que la de calarse bien la careta y tirar del personaje como pudieran; o sea, malamente.
Verse con sesenta y tantos en un mundo gobernado obscenamente por el dinero, y tener que representar el papel de ser un luchador por las libertades, debe ser una experiencia tan humillante que los que así viven, aunque les paguen bien, merecen toda nuestra compasión. 
Algunos de ellos consiguen elaborar, en una especie de mezcla místico-cínico-práctica, una desenvoltura airosa del personaje, aunque son los menos. La mayoría languidece, y casi agradece que no se les recuerde demasiado en los medios.
Sucede en otras ocasiones que ceden a la tentación de convertir su malestar en producto cultural mínimamente ‘fumable’, y se lanzan a la aventura de probar si cuela; pero ese intento es casi siempre como echar por error sal en vez de azúcar a un postre y tratar de arreglarlo. Y esto, creo, fue lo que le pasó a Almudena Grandes. Yo sólo la conocía de oídas, pero al leer hoy el extracto de esa novela póstuma suya, se dibujó en mi mente esa imagen. 
El texto rezuma desencanto; es un pensamiento triste expresado en voz alta. Cogiendo trozos de la realidad, les cambia el nombre y los disfraza un poco, y, componiendo un cuadro al uso, lo echa al corral de comedias de los tópicos culturales. Pero a poco que lo analices te das cuenta de que no es una ficción más; de que es el grito desesperado de un alma que reclama vida.
Cuenta la historia de un personaje ávido de dinero –el Gran Capitán, remedo del Gran Hermano- que alienta el sueño de dominar el mundo sin que el mundo se entere de que es dominado… nos suena, ¿verdad?
¿Y qué pasó luego? Pues pasó que no coló, que tanto se notaba que el texto era un "¡No pasarán!’, que Almudena fue llamada al orden… Al nuevo orden, sí, al que mata sin que se note, y si no te deja K.O., para la ONCE o para cualquier otro arrastre.
El Gran Capitán de Grandes juntó a unos cuantos santones en Rota: Miguel, Joaquín y compañía, que de tantas capas como se han ido poniendo ya pueden con cualquier cosa, y escenificaron el paripé de “Almudena, cuánto te queremos; siempre serás una de las nuestras”.

¡Ay de vosotros, que edificáis mausoleos a los profetas, a quienes mataron vuestros padres! (Lc 11, 47)

Pero lo más probable es que Almudena Grandes ya no sea 'una de las suyas', y que Dios, en su infinita misericordia, haya tomado el Todo Va a Mejorar como un miserere, una petición de clemencia de un corazón quebrantado y humillado, y que a estas alturas ya esté la narradora descansando en paz.
En Rota pasé yo momentos muy felices de mi vida; desde aquel lejano 1969 en que, con un dolor de oídos que me hacía ver las estrellas, vi al mismo tiempo por la tele a tres hombres pisar la luna. Aquel verano llegó al pueblo la Sexta Flota USA, camino del Vietnam. Recalaron los buques en La Base para repostar, y salieron a tomar algo por el pueblo sus tripulantes; aunque aún no lo sabían eran todos Almudenos; esto es, jóvenes llenos de ilusiones y engañados por 'er malo, el gran erMao’, que sigue haciendo de las suyas en aquellos lugares donde el dinero proscribe la verdad. ¡Viva la vida sin lujos, caramba! ¡Viva la Vida! ¡Viva Almudena!

La cimentación de la escultura 'Muro', en Rota, fue reforzada
con una piedra Grande el día de la Medalla Milagrosa de 2021 

      

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