LO VEO, SAM, Y LO DOBLO

Altruismo viene de "Alto":
sale de arriba y se recibe abajándose.


En mis andanzas de mozo conocí a un parisién con pocos recursos y formación, y que tartamudeaba; y me llevé una sorpresa cuando supe y vi que hacía de modelo masculino para revistas de moda. No debía de ganar mucho, pero las fotos eran muy buenas, daba el pego de un galán de lujo totalmente. Como las redes promueven el culto a la apariencia -una pose vale más que mil palabras- mueven a los jóvenes a buscar una apariencia de vida más que una vida auténtica. 
Pero, imaginemos a un varón bien parecido que empieza a convivir con una chica; si su seguridad está en su físico ¿cuál no será su inseguridad? Los mil defectos que llevará consigo -que son todo aquello que le separa de la verdadera perfección humana- ¿encontrarán comprensión en su pareja? ¿o será el pobre, en un abrir y cerrar de ojos, un juguete esclavo del humor dialéctico de la chica? Porque la condición natural de la mujer le da ventaja a la hora de observar los comportamientos sociales y su significado; y está cayendo en usar ese don como instrumento de dominio.  
La verdadera imagen del ser humano está en el Ecce Homo: Jesucristo atado, flagelado y coronado de espinas; un hombre humillado por ser verdadero. Esa es nuestra realidad en la tierra, y cuanto más en serio se tome uno la vida, más se irá pareciendo a esa imagen. Por supuesto que esto no es lo que dicen los medios, pero es la verdad. Digamos que estamos rodeados de dos tipos de personas: comerciantes y altruistas; y mientras que de los primeros hay millones, de los segundos hay muy pocos. Y para colmo, los pocos que hay, casi no cuentan; porque ¿quién va a mirar a uno que está que da pena verlo?
Me dio por hojear hoy el New York Times, y leí que unos ricos se han autoproclamado ‘los altruistas que verdaderamente valen’. Ellos estudian el modo de optimizar las donaciones, y están a otro nivel que nosotros… explorando el espacio sideral… O sea, los comerciantes hacen creer –en esto se ve que los neoyorkinos están tan ciegos como los de aquí- que la caridad (¡Deus Caritas Est!) es mejorar con dinero la vida en el planeta. Uno de ellos, Sam Bankman-Fried, afirma que tiene pensado regalar la mayor parte de su fortuna en los próximos diez o veinte años. Y él es uno de los pilares de ese movimiento del altruismo efectivo.
Opina este joven rico que quien se tome en serio la posibilidad de una segunda pandemia ‘verdaderamente grave’ (la primera sólo tuvo millones de muertos), se tiene que espabilar. También son temas fuertes de su agenda altruista el cambio climático o Ucrania; todo lo cual pone en evidencia que los intereses y las acciones de este grupo constituyen un puntal importante del artefacto mediático que está cambiando la faz de la tierra… para peor (“El Tío Sam hizo este comedor social... e hizo también muchos pobres”). O sea, nada nuevo bajo el sol: La creme de la creme de la Babilonia terrestre se apropia de la caridad y la reviste de billetes. Y volvemos al principio: las apariencias engañan. 
La verdadera riqueza que salvará al planeta se esconde de la arrogancia, y se muestra a los humildes; no cabe en los silos de Egipto, y fluye, sin embargo, por los bolsillos rotos de los pobres, de modo que, sin tener nunca nada, tampoco les ha de faltar nunca de nada. Pero no se confunda esto con la visión utópica de Sam, de una sociedad perfecta donde nadie posee nada porque el algoritmo filosofal regenera sin fin la riqueza, lo cual explica que él pueda regalar ‘la mayor parte’ de su fortuna… y seguir gozando de su felicidad actual. (¡Atención!, porque siendo ésta la hoja de ruta social más probable, también la predicción de esa segunda pandemia -realmente grave- lleva visos de cumplirse).
Nos las vemos a diario con la mentira como alimento. El Papa jubila al Cardenal Cañizares, estando en plena forma… “Que se venda el patrimonio de la Iglesia y se dé de comer a los pobres”, dijo el prelado saliendo de la pandemia; y al periodista que le tira a matar (“¿No cree Vd. que la Iglesia no ha hecho lo suficiente para combatir los abusos?”), le responde: “La Iglesia ha hecho más que nadie; es ejemplo para todos; y desde luego ha hecho más que el Gobierno, que para solventar esta lacra no va a hacer nada”. La Prensa dizque conservadora se coloca la mantilla mirándose en el cristal de las urnas… y se saca de la mangameroteca a un Papa revolucionario que le canta las cuarenta a los reventadores de familias y a los matarifes de la tierna infancia y juventud… Ficciones, artificios, trucoprodigios… MEN-TI-RAS, veneno para corromper las aguas de la cultura, para que nadie sepa ni entienda nada, y se deje llevar por la corriente… pútrida, del algoritmo… del diablo. 
Lesmes está detrás de la mata de pelos de su cara, detrás de su careta; por él se van a disolver los últimos frenos a la barbarie legislativa… Ya puede prometer y comprometerse el próximo inquilino de la Moncloa a despolitizar el CGPJ… que para cuando llegue allí, serán la libertad y el derecho una dolorosa huella en la memoria de los españoles. 
¿Te rindes? NO… ¿te rindes? no… ¿te rindes? n…ooh; apretándonos están el gañote en Europa; rebajan la previsión y vuelven a rebajar… que, a los rebeldes, ni agua. Agua, no, pero dinero, todo el que queramos; porque el agua limpia, pero el dinero corrompe. 
¡Ánimo, pues! ¡A resistir! ¡No cedáis al chantaje! Haced lo de aquel parado al que el cacique quiso comprarle el voto, que, arrojando al suelo la moneda que le daba, le dijo: “En mi hambre mando yo”. Últimamente le dan a De Prada más espacio mediático, que vienen elecciones; con todo, es a un De Prada más dulzón al que le dan cancha; al que le da pábulo a Bosé, por ejemplo, que, personalidad más íntegra y talento creativo aparte, aún no es un modelo social. Es hora de ser muy claros, no de mover el agua turbia. 
Los organismos se llenan de mujeres: somos sociedad del conocimiento y valoramos el saber, y 'la mujer es más lista que el varón', así que debe mandar ella. Pero de qué saber estamos hablando, porque hay dos: el de los libros y el verdadero. Éste tiene más que ver con la sabiduría que consiste en saborear, interiormente, el bien y la paz que trae la razón uncida al corazón. Pero el saber que se le concede poseer a las mujeres, y mandar con él, es el descarnado y frío de la razón pura y dura: el que va de la mano del aborto, la eutanasia, la amputación de miembros, la disolución de vínculos… 
Por otra parte, el 'ver más que el varón' por naturaleza, convendría que no fuera utilizado por la mujer para someter a su maromo, llegando incluso a privarlo 'del disfrute puntual de su vagina' (alusión literal a El Varón Domado, bestseller de los 70 en el que la autora veía abuso por parte de las mujeres, pero admitía que esa desigualdad iba acompañada del préstamo regular de sus partes). Porque. con todo esto, el varón ya sufre impotencia precoz, daño en su virilidad; y la mujer sufre de fuerte ansiedad y somatización; consecuencias en ambos casos de la desnaturalización de sus figuras. Si una mujer tiene fuerte carácter e inteligencia, su marido, con una orientación adecuada, puede cederle parte de sus roles naturales sin que se resienta la relación, aportándole a su pareja lo que de corazón necesita para que su intelecto sea verdaderamente provechoso para la sociedad; pero no parece ser el bien común el objetivo de los abanderados de la equidad... 
En estos momentos se echa de menos el verdadero saber: el del humilde que se estremece ante la verdad que le sale al encuentro cuando la busca sinceramente; y por la que renunciará al lucro de la opresión; preferirá la amistad al dominio del otro; se gozará más en reparar que en destruir; descubrirá en su vulnerabilidad su poder; ensanchará su alma acogiendo y amando intensamente; y, si todo va bien, se podrá plantear regalar, en cosa de diez o veinte años, no ya la mitad de su fortuna, como Zaqueo o Sam, sino incluso doblar la apuesta y donar su propia vida... por la verdad del amor, o por el amor a la verdad. 

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