¿DÓNDE ESTÁ WALLY?
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Wally es un verdadero demonio; ¡es dificilísimo distinguirlo en la inmensa confusión reinante! |
No es verdad que en España no se pueda disentir, lo que no se puede es disentir para decir la verdad. En concreto, los comentaristas de religión suelen disentir de la línea vaticana, pero la mayor parte de ellos lo hacen para confundir, y aumentar la impunidad con que se está traicionando a la verdad. Ya han empezado a verter sus miasmas en el ágora a propósito de la reciente elección del Secretario General de la Conferencia Episcopal española.
Hoy hemos celebrado la memoria de los casi noventa mártires de Vietnam. Y la lista de testigos del evangelio cuya sangre clama a Dios hasta que venga su Reino es interminable. Yo me sumo a esa lista con la tortura que sufro; pero no es ningún mérito: habiendo sido testigo de tantas maravillas del Señor en mi vida, me es imposible dar marcha atrás. Tan sólo le pido al Señor que me dé fuerzas para lo que me vaya a pedir.
Ahora ya sabemos por qué Don Francisco César Magán, delfín del Papa Francisco, interrumpió su brillante carrera diplomática -veinte años al servicio de Roma- para venir de cura con cargo a Toledo. De la que vino, ya hacía tiempo que España era una piedra en el zapato para los que querían poner del revés la doctrina de la Iglesia; y ya grandes cabezas, que no corazones, estudiaban el modo de apartar este obstáculo del camino de los ambiciosos próceres que planeaban un nuevo mundo perfecto (sin Dios, y sólo 'bueno' para ellos).
Ahora ya sabemos por qué Don Francisco César Magán, delfín del Papa Francisco, interrumpió su brillante carrera diplomática -veinte años al servicio de Roma- para venir de cura con cargo a Toledo. De la que vino, ya hacía tiempo que España era una piedra en el zapato para los que querían poner del revés la doctrina de la Iglesia; y ya grandes cabezas, que no corazones, estudiaban el modo de apartar este obstáculo del camino de los ambiciosos próceres que planeaban un nuevo mundo perfecto (sin Dios, y sólo 'bueno' para ellos).
Llegó de Roma, pues, y, como no podía ser de otra manera, subió como la espuma, al mismo tiempo que bajaba como tal la salud de Don Braulio (bisturís a sueldo de por medio). Para cuando terminó de poner sus libros y su valija en los estantes, esto es, en 2013, en plena Crisis (apagón provocado a modo de lanzadera para la última fase de la revolución del NOM), un papa con apenas dos meses en la cátedra de Roma, nombró para Toledo un auxiliar de conveniencia -un erudito-, de modo que D. Francisco César cogiera su cargo de vicario y se pusiera a trabajar en Palacio desplegando sus artes… Tan solo tres años más tarde, en 2015, vicisitudes quirúrgicas del titular de por medio, ya casi estaba el gobierno de la Diócesis en sus manos.
Un pequeño frenazo en ese meteórico ascenso fue mi denuncia pública de sus 'malas maneras' -que encontró eco en el clero diocesano-; pero, en cualquier caso, en enero de este año ya se caló la mitra. Yo había subido al estrado a decirle, a él y a Monseñor Argüello, que me sentía engañado por ellos. Supe luego que mi gesta había salido en la tele porque un discreto sacerdote me preguntó un día si me iba la marcha… ¡bien sabe Dios que no!, que de haber sido así, yo ya estaría dando malvas. Me vio en la tele también la madre de cierto eminente monseñor, la cual, por cierto, le comentó a su hijo respecto de Don Luis que le había parecido poco fino para ser primado de España. Y es que, efectivamente, ese parecía ser el plan A.
Gracias a Dios, por lo que fuera, aquel plan se frustró, y los dueños del dinero mundial hubieron de pergeñar otro rápidamente, porque España necesitaba, sí o sí, una Conferencia Episcopal a la altura de sus aspiraciones…
A calzador, y subyugando al Primado, tomó el báculo Don Francisco César Magán, sin apenas eco mediático… También con discreción, y al mes siguiente, tomaría posesión de la diócesis de Logroño Monseñor Montoya; aunque este nombramiento no pareció extraño porque, a pesar de que no habían pasado más de tres años desde la apoteósica llegada del trío de auxiliares a Madrid, tras su marcha quedaban aún en la capital tres obispos, más el Cardenal.
Pero la trama aún iba por la mitad. El inesperado nombramiento de Monseñor Argüello como arzobispo de Valladolid, por haber sido hecho en verano, también se coló de rondón, aturdidos como estábamos por el sopor de la canícula estival. Y, sin embargo, con ese lance se precipitaba ‘la solución final’ al sudoku eclesial del mando único mundial.
Un pequeño frenazo en ese meteórico ascenso fue mi denuncia pública de sus 'malas maneras' -que encontró eco en el clero diocesano-; pero, en cualquier caso, en enero de este año ya se caló la mitra. Yo había subido al estrado a decirle, a él y a Monseñor Argüello, que me sentía engañado por ellos. Supe luego que mi gesta había salido en la tele porque un discreto sacerdote me preguntó un día si me iba la marcha… ¡bien sabe Dios que no!, que de haber sido así, yo ya estaría dando malvas. Me vio en la tele también la madre de cierto eminente monseñor, la cual, por cierto, le comentó a su hijo respecto de Don Luis que le había parecido poco fino para ser primado de España. Y es que, efectivamente, ese parecía ser el plan A.
Gracias a Dios, por lo que fuera, aquel plan se frustró, y los dueños del dinero mundial hubieron de pergeñar otro rápidamente, porque España necesitaba, sí o sí, una Conferencia Episcopal a la altura de sus aspiraciones…
A calzador, y subyugando al Primado, tomó el báculo Don Francisco César Magán, sin apenas eco mediático… También con discreción, y al mes siguiente, tomaría posesión de la diócesis de Logroño Monseñor Montoya; aunque este nombramiento no pareció extraño porque, a pesar de que no habían pasado más de tres años desde la apoteósica llegada del trío de auxiliares a Madrid, tras su marcha quedaban aún en la capital tres obispos, más el Cardenal.
Pero la trama aún iba por la mitad. El inesperado nombramiento de Monseñor Argüello como arzobispo de Valladolid, por haber sido hecho en verano, también se coló de rondón, aturdidos como estábamos por el sopor de la canícula estival. Y, sin embargo, con ese lance se precipitaba ‘la solución final’ al sudoku eclesial del mando único mundial.
Del mismo modo ladino, este curso arrancó en septiembre con el antiguo portavoz todavía en su puesto, “como si tal cosa”, como si su sitio no fuera ya otro (la toma de posesión fue en julio), para que nadie pudiera atar cabos del complot que se estaba perpetrando. Era vital aparentar normalidad, pues la designación del nuevo segundo de la Iglesia española era sumamente estratégica en la agenda para la desarticulación de la resistencia religioso-política católica. En Toledo estaba todo preparado, y además urgía promover a Don Francisco César Magán, pues no era ya muy popular aquí... quedaban, pues, unos meses trepidantes.
En la parrilla de salida, junto al diplomático con embajada en España, se situaba el obispo auxiliar de Madrid, Don José Cobo Cano, un candidato de consenso, muy capaz, que muchos ansiábamos como apoyo para el próximo presidente de la CEE, en estos delicadísimos momentos. Pero justo por eso, por ser una esperanza de futuro para España, resultaba indispensable, para los enemigos del verdadero camino de la Iglesia, apartarlo de la carrera. Y estaban más que decididos a poner a uno de los suyos, más proclive a sus intereses, uno que introdujera cambios similares a los que la Santa Sede viene realizando; uno como Monseñor Magán, que en la misma víspera de su elección le echaba flores a las mujeres.
Con esos mimbres, al comenzar este trimestre decisivo, el 21 de septiembre, sucedió algo insólito: el obispo de Alcalá, recién cumplidos los 75, presentó su dimisión ¡y al día siguiente ya tenía sustituto! La renuncia del obispo de Alcalá fue acepactada inmediatamente (se podría decir que incluso antes de que se produjera), pero, con ser eso extraordinario, no lo era tanto como el hecho de que en el mismo acto de aceptación se nombrara ya a su sustituto: ¡El segundo auxiliar de Madrid!… ¡Qué puntería! ¡Faltando dos meses para la renovación clave de la CEE se dejaba fuera de combate, aislándolo, al candidato de consenso!
¿Jugada maestra o chapuza flagrante? Para mí lo segundo; porque la reputación del obispo de Alcalá la tuve por falsa desde que le oí aquello de hacer ‘una teología de la mujer’…
Y… ¡birlibirloque!, lo que al comenzar el año eran cinco prelados en el arzobispado de Madrid, se convertiría, en apenas medio año, en un débil pastor ya pensando en el retiro, un obispo vago de setenta años, y un joven auxiliar, para manejar el gobierno de la diócesis de la capital mundial de la devastación covid… Ese auxiliar era, naturalmente, Don José Cobo Cano, que no formó parte de la terna porque su arzobispo no se lo permitió…¡faltaría más!
En la parrilla de salida, junto al diplomático con embajada en España, se situaba el obispo auxiliar de Madrid, Don José Cobo Cano, un candidato de consenso, muy capaz, que muchos ansiábamos como apoyo para el próximo presidente de la CEE, en estos delicadísimos momentos. Pero justo por eso, por ser una esperanza de futuro para España, resultaba indispensable, para los enemigos del verdadero camino de la Iglesia, apartarlo de la carrera. Y estaban más que decididos a poner a uno de los suyos, más proclive a sus intereses, uno que introdujera cambios similares a los que la Santa Sede viene realizando; uno como Monseñor Magán, que en la misma víspera de su elección le echaba flores a las mujeres.
Con esos mimbres, al comenzar este trimestre decisivo, el 21 de septiembre, sucedió algo insólito: el obispo de Alcalá, recién cumplidos los 75, presentó su dimisión ¡y al día siguiente ya tenía sustituto! La renuncia del obispo de Alcalá fue acepactada inmediatamente (se podría decir que incluso antes de que se produjera), pero, con ser eso extraordinario, no lo era tanto como el hecho de que en el mismo acto de aceptación se nombrara ya a su sustituto: ¡El segundo auxiliar de Madrid!… ¡Qué puntería! ¡Faltando dos meses para la renovación clave de la CEE se dejaba fuera de combate, aislándolo, al candidato de consenso!
¿Jugada maestra o chapuza flagrante? Para mí lo segundo; porque la reputación del obispo de Alcalá la tuve por falsa desde que le oí aquello de hacer ‘una teología de la mujer’…
Y… ¡birlibirloque!, lo que al comenzar el año eran cinco prelados en el arzobispado de Madrid, se convertiría, en apenas medio año, en un débil pastor ya pensando en el retiro, un obispo vago de setenta años, y un joven auxiliar, para manejar el gobierno de la diócesis de la capital mundial de la devastación covid… Ese auxiliar era, naturalmente, Don José Cobo Cano, que no formó parte de la terna porque su arzobispo no se lo permitió…¡faltaría más!
Pero vamos a ver ¿dónde está Wally?
Un retorcido periodista decía ayer que en España no interesaban las noticias sobre la Iglesia, adelantándose así a la ausencia de datos sobre la elección del nuevo Secretario General que todos esperábamos. Decía también que la Iglesia ya no pintaba nada, desde que sus obispos se dedicaban sólo a comer y a beber (más o menos). Y después mintió diciendo que el nuevo secretario de la CEE había salido elegido con el respaldo mayoritario de la asamblea.
Basta haber hecho la EGB para detectar esa mentira. En la CEE votaban 78 obispos, por lo que la mitad más uno, dan, justamente, los cuarenta votos que, mecanismos digitales por el medio, dieron la victoria al elegido.
Un retorcido periodista decía ayer que en España no interesaban las noticias sobre la Iglesia, adelantándose así a la ausencia de datos sobre la elección del nuevo Secretario General que todos esperábamos. Decía también que la Iglesia ya no pintaba nada, desde que sus obispos se dedicaban sólo a comer y a beber (más o menos). Y después mintió diciendo que el nuevo secretario de la CEE había salido elegido con el respaldo mayoritario de la asamblea.
Basta haber hecho la EGB para detectar esa mentira. En la CEE votaban 78 obispos, por lo que la mitad más uno, dan, justamente, los cuarenta votos que, mecanismos digitales por el medio, dieron la victoria al elegido.
Se dice que el número uno de la calle Añastro se convirtió el martes por la tarde en una babelia digital... ¿qué me van a contar? Lo que los hacker y los Joker pueden hacer con ancianos intentando comunicar por medios electrónicos confidencias inconvenientes, da para la mayor película de terror que imaginarse pueda. De todos modos, el resultado pírrico, por la mínima, aún se puede discutir.
Por ejemplo, dejando aparte cómo se eligió a los candidatos, y sin entrar en el hecho de que una Iglesia como Dios manda no puede excluir a un candidato que se presenta como el óptimo para el progreso de la grey, por muchas piruetas que sea obligado hacer... dejando, como digo, estas incómodas interpelaciones aparte, aún está por aclarar qué significado tienen los cinco votos en blanco, por ejemplo. Porque no resulta cabal pensar que cinco obispos no tuvieran preferencia por ninguno de los tres aspirantes, o que los rechazaran a los tres, y queda por tanto en el aire un interrogante: ¿serían de pega, para que pareciera más holgada la exigua mayoría del ganador? ¿serían de enfado por irregularidades en la selección de candidatos? De risa, o más bien de pena, son las razones que la prensa adujo para excluir a Cobo Cano... ¡que desequilibraba la composición de fuerzas del ejecutivo! Ahí dejo unas fotos para ver lo ridículo del argumento...
Pero con todo, lo más gordo de las dudas es que se haya esperado un día para comunicar el conteo de los votos... ¿Qué se quería ocultar aprovechando el debut de la selección? Y añadido a eso, si los votos publicados suman 71, y los llamados a elegir eran 78... ¿dónde están los siete que faltan? ¿Quiénes eran esos prelados y por qué importantísimas razones faltaron a una cita crucial para su grey?
(Continuará)
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