CUANDO RUGE LA MARABUNTA
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Las 30 Tm de BOE con las que Franky nos ha metido en El Túnel. |
Salgo a caminar
... y en Zocodover me paro. Veo más gente de lo normal, y, fijándome bien, distingo entre el gentío una especie de ninot con pinta de Shakespeare, y, en otra zona, un animado corralito, donde neófitos de las letras lanzan al aire por festivos altoparlantes sus mejores palabras; el murmullo de fondo que se oye es del mercado solidario anexo, bullicioso cogollo de la plaza; bastante centrifugadas, y distanciadas entre sí, hay algunas casetas con libros, como las de una feria...
Al día siguiente, con el correspondiente permiso, me animé a enriquecer aquella oferta cultural con una mesa informativa sobre la Fundación para la Integración de Alumnos que todavía presido, y con otras creaciones mías, como la asociación para el olvido de enfermos. La temperatura era un pelín fresca, y no había demasiada gente; pero, en cualquier caso, con tan pobre reclamo como el que yo ofrecía, me sobró tiempo para observar el entorno.
En general, la gente parecía preocupada, con la expresión del que está en un sitio conocido pero se siente perdido. Muchos se hacían fotos con el fantoche; la mayoría parecía que estaba allí porque le habían llevado; y algunos compraban un libro... Vi confirmada mi impresión de que algo está ocurriendo, de que hemos perdido algo, o nos lo han robado.
Esa sensación de estar desubicado es lo propio de estos tiempos. Ahora mismamente, a dos semanas de votar, aún no les hemos oído a nuestros líderes nada sustancioso sobre la situación política. Se nos suele tapar la boca diciendo que hay mucha información, pero, sin intelectuales que le den sentido, es como si no hubiera nada, o peor, porque nos lleva al desánimo.
Este efecto es, sin duda, buscado por los medios, para manejarnos mejor. Y, para muestra, ahí tenemos el festival Mareo-visión de ayer: un bombardeo sensorial agotador, inflada la cabeza, además, con ardor patrio, y cuando ni vemos ya, nos sacuden, 'televóticamente', como en el tren de la bruja, un mazazo que nos deja planos, y nos manda groguis palacama. Y así, un día tras otro.
Eso que nos ocultan para que no reaccionemos es el famoso reset. Un nuevo escenario en el que se supone que ia no habrá que preocuparse por nada... tan sólo gozar; como lo que yo contaba ayer, pero aterrizado -teniendo a Dios detenido... ¿Saben aquel que diú... que se fue Villarejo al infierno y le consiguió a Lucifer la sustitución de sus viejas calderas por unas de ciclo combinado alemanas, a cambio de un pase para el purgatorio...? La lió también parda allí, tanto que enseguida le mandaron al cielo para evitarse problemas; y, sin cita previa, pasó al Despacho Oval el muy villano; siete semanas después, salieron juntos del brazo, y el buen Dios diciendo: "Sí, Villa, sí, pero lo que yo no acabo de entender es por qué yo tengo que ser el vicepresidente".
Pues lo del reset es igual, nos convencen para ser como animales, de tal forma que en vez de nombres nos bautizarán con 'números de pila'. Y al casarnos dirán: "748, ¿aceptas a 943 por esposa...?" Bromas aparte, un tal Enrique de Aguinaga, del que os hablaré en otro artículo, reunió a un grupito de personas al cumplir los 99, y les leyó una cosa muy bonita, que le sirvió de despedida, pues moriría unos días más tarde; les dijo: "Sólo sé que vengo a devolver mi nombre". La despedida de Don Enrique
Tiene sentido. Mientras vivimos, actuamos, e influimos en este mundo, pero al morir se termina esa representación, y ya no nos sirve para nada el nombre que nos habían asignado. Entonces nos darán otro, no prestado sino para siempre, según nos revela el último libro de la Biblia: "El que tenga oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias: al vencedor le daré maná escondido; y le daré también una piedrecita blanca, y, grabado en la piedrecita, un nombre nuevo que nadie conoce, sino el que lo recibe."
Nos sirven de consuelo esas palabras, pues nos dicen que se nos garantiza el sustento, y el contento, pues un nombre que nos pertenece en exclusiva es un escudo anti-heridas: si el nombre equivale a la persona, y nadie más que tú lo conoce, nadie te puede dañar porque nadie te domina.
Frente a esa felicidad, el modo de garantizar la buena vida que nos quieren enjaretar ahora, nos exige renunciar a ser personas. Se pretende que, puesto que somos limitados, lo reconozcamos y no aspiremos a nada más que a obedecer al superior jerárquico; y así nos irá bien a nosotros y a todo el mundo. "No trates de entender; déjate llevar", como me decían a mí en Emaús.
Hay ya un 'cerebro superior' -artificial o no, ¿qué nos importa?- que ordenará el mundo mucho mejor de lo que lo venimos haciendo hasta ahora; y todos comeremos perdices si lo obedecemos. Y nada de andar curioseando cómo son los planes del cerebro mayor, ¿qué sabes tú de lo que es bueno?
El otro día compré un colchón por internet; como tantas otras veces, observé cosas raras en la reserva de compra, de ésas que te hacen pensar que si no te llega el objeto no vas a poder reclamárselo a nadie; y decidí asegurarme yendo personalmente al almacén que supuestamente lo suministraba, que no estaba lejos de aquí. Madrugué, y llegué antes de que abrieran; así que me di una vuelta por allí... y me quedé impresionado.
Plataforma Iberum, el mayor hub logístico del país. Con una extensión posible de cien millones de metros cuadrados, tiene de momento unas decenas de giga-naves de almacenamiento (Tipo súper A, >10.000 m2), que dejan mudo de asombro al visitante. He tratado de obtener una imagen en Google Earth, pero como me temía, la gráfica satelital no está lo suficientemente actualizada.
En el nuevo orden, teledirigido, la economía de un país no es asunto suyo; la vida entera de las personas está planificada, y si tienes interés por algo que no sea lo tuyo propio, estás vigilado las 24 horas del día. En concreto, para articular el paso de una economía local y autónoma, a una centralizada, se ha hecho necesario devastar el país, y convencer a la gente de que tal cosa no ha sucedido.
Toda la gestión pública de un país está actualmente en la cpu de algún gran ordenador central; y cada trabajador de la cosa pública, fichado. Por eso digo que, de momento, hasta que sea del dominio público que el público ya no tiene ningún dominio, estaremos siendo entretenidos y toreados por el ente, o por alguna cosa peor... Para que el cambiazo sea posible, hay en cada país una red paralela a la administración, cuyos nudos visibles y principales son los asesores, esa nube de ejecutivos hiperconectados que rodean como un escudo a los dirigentes oficiales.
Ahora que vienen elecciones autonómicas, para que nadie se engañe respecto a la limpieza del proceso, puedo decir que la mano derecha de nuestro Consejero de Educación, después de gestionar la calumnia mediática que barrió la vida de mi familia como un tornado, se injertó mutatis mutandis, sin sudar la camiseta, en una concejalía clave del mismo ramo: ¡la de Illescas precisamente!
Votos, botox y Vox-Tox
La prensa se ha engreído. Tras exhumar la historia y rehacerla a su manera; tras inhumar a miles de compatriotas sin causa de muerte justificada (limbo legal); tras mofarse a diario de millones de honrados y sufridos ciudadanos, ya no hay quien le rechiste; asomarse a la prensa es un dolor, por la burla en que han convertido el derecho a ser informados.
En el tema de los partidos han alcanzado el virtuosismo de la tomadura de pelo. Al lado de mi casa, en una esquina súper-céntrica, ha alquilado C's un bajo acristalado molón... hace quince días, y la avenida principal de la ciudad está adornada con estandartes y pendones naranjas.
Los incautos deben convencerse de que los tiempos de la honradez han terminado. Hoy en día, la mentira y la violencia unidas, hacen pinza para llamar blanco a lo negro y que todo el mundo lo dé por bueno. De esa manera, inyectando dinero a partidos inventados para que fragmenten al electorado, es fácil urdir tramas de amaños de votos, pues no resiste a la amenaza el que no está adiestrado en la lucha contra el pecado. Cuando yo fui apoderado de VOX, en las mesas había sobre todo gente joven, y, como me temía, me confesaron que no se habían acostado temprano la noche del sábado para estar frescos al día siguiente... Los del partido verde son los únicos que hablan sensatamente de vez en cuando, pero, por eso, se les asocia unánimemente a la barbarie... y cuela; se les hace pasar por tóxicos, porque así conviene al proyecto: que todo aquel que diga la verdad sea considerado un extremista. Está claro que el botox, esa sustancia paralizante, nos está siendo suministrado en altas dosis, en cápsulas recubiertas de mentiras y amenazas; y el resultado es una población inerme, que camina cabizbaja al matadero digital.
Treinta palés de BOEs
Me parece que fue El Confidencial el que dio el dato de que fueron más de dos millones de páginas de boletín las que elaboró este gobierno al amparo del anonimato del toxicovid. Un auténtico golpe de estado encubierto, que quieren rematar con una segunda legislatura; una suplantación del armazón legal del país de espaldas al pueblo; la edificación de nuestra cárcel digital para mucho tiempo; la entrada en un negro y largo túnel: el del apagón de las libertades y el cerrojazo a la alegría.
Pero la traducción de eso a la realidad, que nuestros carceleros ni se imaginan, es que la esperanza no admite encierros, o, por decirlo en verso: ¿Quién encierra una sonrisa? ¿Quién amuralla una voz?
Ahora planean resucitar a Franky con 'un cuerpo glorioso': que Bildu vaya manchado de sangre para que pierda fuerza y ceda sus escaños a los 'moderados' vascos; y que con los indepes pase lo mismo, por obra del diminutivo artífice del toxicovid, liándola en Cataluña. Así piensan, pero se equivocan.
Hay que seguir empujando, porque los muros de la prisión en que estamos entrando no son de los que hace el tercer cerdito, como a primera vista parecen, sino de los del primero. El Press-pressing, de tan mentiroso y ruin que es, está perdiendo toda su eficacia; y ya sólo convence a los que quieren dejarse convencer... pero, afortunadamente, no hay tantos así en España. Aquí nos gustan las cosas claras, y la gente auténtica. Y pringadillos como yo, que dicen, en el último rincón del metaverso mundial, las cosas sencillas que piensan sobre la vida, les están haciendo mucha pupa a las grandes máquinas de IA, que escupen sin parar sesudos artículos de opinión.
Con su artificio a cuestas, en estas jornadas de inicio de campaña, están alfombrando las calles y caminos digitales con una invención de las suyas, que pretende desviar la atención del respetable de la cuasi-certeza de que el Nuevo Orden es un totalitarismo atroz, y de que las elecciones son una farsa para esclavizarnos. Y se han liado -por enésima vez- a machacarnos las meninges con las izquierdas y las derechas, aunque desde un ángulo diferente, para despistar.
Estos neo-ingenieros de la quimera, viendo que la voz del pueblo está pasando a grito, y que empieza a rugir la marabunta exigiendo una enmienda a la totalidad, se han sacado de la manga una supuesta manía popular a Sánchez, con la que creen que van a esquivar la indignación del pueblo por el descubrimiento de que el pobre diablo que nos gobierna, al igual que el resto del arco, trabajan para los intereses del Gran Esclavista.
Tal parecía que la invención iba a darle a VOX la oportunidad de ganar adeptos lanzándose a las calles, como si ellos estuvieran al margen del engaño. Y al principio los vimos con sus furgos muy ufanos, pero pronto dieron marcha atrás, al ver que ya están más que abiertos los ojos de la mayoría, para entender que los partidos, sin excepción, dicen amén al tirano, y que si en algún sitio resuena algo con pinta de verdad es porque él lo consiente, para su propio beneficio. Ya todo el mundo sabe que la única VOZ valiente que cabe hoy en los medios es la de los que ya tienen un pie en la tumba...
Y uno de estos fue D. Enrique de Aguinaga, que se nos fue discretamente hace poco menos de un año. Don Enrique, en 2010, publicó un libro que ha levantado ampollas. Se titula Aquí Hubo una Guerra, y hablaré pronto de él, si Dios quiere, porque su certera tesis es que hay algunos en España, y fuera de ella, empeñados en que la guerra fratricida continúe... Y sí, sabemos que continuará...
Pero también sabemos que la ganaremos.
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