EL PUCHILÍN

¡Caliente, caliente, y... en Dios, valiente! Así es  España.


Dejé este texto reposando durante la noche, y, al despertarme, antes de hacer click para publicarlo, eché mi habitual vistazo a la prensa. Como era de suponer, se había enfriado bastante el furor apocalíptico de las últimas semanas, asomaban las banderas patrias por las ventanas, y el oráculo de las desgracias nacionales había enmudecido. Siempre es igual, la fiera, si no le haces caso, se retira a su guarida, y monta guardia allí, agazapada, al acecho del descuido de otras víctimas. Así pues, hermanos, no bajemos la guardia, pues la vida es lucha, pero Dios está de nuestro lado. ¡Feliz domingo a todos!

Ayer, mientras saludaba al nuevo día asomado a la ventana, observaba el incesante goteo de paseantes mañaneros, cuya escasa plasticidad de movimientos me trajo a la memoria la, tal vez, más hilarante escena de la mítica charla TED '¿Matan las escuelas la creatividad?', del inolvidable profesor británico, Sir ken Robinson; éste, a pesar de estar aquejado de polio, hizo vibrar con su balanĉe a más de sesenta y seis millones de personas, que en 2020, en pleno covid, cuando le dieron por muerto, ya habían disfrutado de este video... ¿Se equivocaron entonces aquellos agentes 'sanitarios' en su diagnóstico? Yo creo que sí...







Gracias, Sir Robinson, por ser tan simpático; ¡qué falta hace que las personas serias sean también divertidas! Tal y como nos dice usted en la charla de 2006, nos reducen a recipientes con datos... ¡sin duda para que nos pueden tapar la boca con expertos! 
  Dios bendice; el diablo amenaza
Nuestro tronco secular padece un gran mal, pero el remedio ya está inventado: ¡abrazarse a la cruz y encontrarse en ella con Jesús! Jesús: todo amor, humor y delicadeza, el tesoro de los tesoros. He ahí nuestra fuente (de datos y de metadatos) inagotable; la única capaz de saciar nuestra sed de eternidad. Todos tenemos pesos en el corazón, pero si tenemos fe los llevaremos mejor. En las duras pruebas que nos impone la vida, a menudo estamos tentados de dar una respuesta violenta que nos saque de nuestro oprobio, pero, en general, renunciamos a ello porque nos damos cuenta de que sería peor el remedio que la enfermedad. Y así ganamos paz y sabiduría; ganancias que añadimos a las que hemos heredado. No obstante, las ansias por salir de la angostura hacen mella en nuestro ánimo, y la falta de veracidad de quienes nos dirigen nos va estrechando el horizonte; tanta aridez deja un poso de amargura en nuestras almas... 
Como ningún otro, el gobierno Frankenstein avivó el odio en España. Y planea seguir haciéndolo... Si seguimos adelante es en virtud de una serie de fuerzas que nos envuelven y que operan en nosotros, que son de Dios, aunque a menudo no nos demos cuenta. Desde luego, si estuviéramos seguros de que esas fuerzas no nos iban a faltar nunca, andaríamos más ligeros... Lo bueno es que ese colchón existe, y millones lo atestiguan, así que, ¡paz, hermanos! ¡inmensa paz! Si bien es cierto que nos rodea la desgracia, nuestras vidas están a salvo si permanecemos en esa paz que Dios nos garantiza. Como dice la canción:



Pende sobre nosotros una amenaza de muerte: “A los que queréis una vida ordenada, honrada, y cristiana, se os va a quitar hasta la camisa que lleváis puesta”… Y nosotros, pobre gente corriente, con escaso alcance en la mirada, comprobamos día a día que ese oscuro vaticinio está cada vez más cerca. Pero no. La amenaza, el meter miedo, es la señal inequívoca de la acción del mentiroso; y la realidad de éste es la de una fiera encadenada. Ruge, echa espumarajos por la boca… pero si no le haces caso, si no le das opción a hipnotizarte con su exhibición de maldad, y sigues a tus cosas, sabiendo que no te puede hacer daño, nada podrá contra ti.

2   El mal está en guerra permanente contra el bien

Algunos tenéis ese conocimiento, por vuestro camino de fe. Sabéis que todo, absolutamente todo, pertenece a la batalla de los espíritus, que hay una rivalidad desde el comienzo de los tiempos entre el bien y el mal; y que no se puede ser neutral, que si no tomas partido, lo toman por ti.

El 36 fue un ataque del mal

En España hubo una guerra. Las fuerzas del mal se agruparon en torno a ideas extranjeras introducidas por agentes muy bien pagados que, engañando a muchos, vieron la posibilidad de robarle a esta noble nación el espíritu de paz y bien que tanta gloria le había dado en el pasado. Intentaron hacer aquí una revolución (contra Dios), y fracasaron. Vinieron luego años de reconstrucción y de purificación. Hoy, la mayor parte de los españoles tenemos seres queridos que han vivido esa guerra, y/o ese tiempo largo, difícil, y fecundo; y no cabe pensar que ninguna de estas personas sea favorable a la disolución de las bases de convivencia que en aquellos tiempos duros se forjaron. Pero también es cierto que hoy, como hace cien años, por la dureza de la vida, muchos son tentados a renegar de esas conquistas, y caen en las redes de quienes sólo buscan suplantar el orden que emana de Dios, a saber: Autoridad, justicia, libertad y amor al Creador. Si estos pobres, incluso bien-pensantes, supieran a quién se arriman, y que tiran piedras sobre su tejado... Porque negar a Dios es destruir todo aquello que nos deleita interiormente: el amor perdurable (a la pareja, a los hijos, a los padres); la amistad; la vida hogareña; la sinceridad; la generosidad; el trato suave; la conquista de logros entre todos; el ser útil a los demás... 

Leyenda Negra de España

Tradicionalmente, la España que llevó la fe a medio mundo tuvo que librar muchas batallas, y soportar muchas insidias de los enemigos de la verdadera religión (la de Cristo Vivo, la única capaz de hacernos libres). Una constante en ese ataque ha sido la difamación, con la cual se formó la famosa Leyenda Negra de la Iglesia (y de España). En tiempos de la Guerra Civil, arreció la calumnia contra España en los países occidentales, con el fin de minar la capacidad defensiva del bando que frenaba la revolución. A desenmascarar esa mentira se dirigió la Carta del Episcopado Español al Mundo, y, logrado su propósito, y vencidos finalmente los revolucionarios, se retiraron éstos de la escena a esperar la siguiente ocasión propicia.

El último tercio del S XX y lo que va de éste reproducen la historia que preparó la contienda civil

La ocasión propicia llegó al morir Franco. Éste nos dejó en herencia la democracia actual, y con ella, y a su pesar, sus males (droga, pornografía, relajación de los vínculos…). El gusano del pecado medró, y decayó el vigor de nuestro pueblo. Sin duda alguna, los hitos de la historia del último tercio del siglo XX, y de lo que va de éste, se pueden leer en clave de esta pugna incesante de los partidarios del dinero contra Dios. Por ejemplo, la virulenta lucha de sexos, que existe de hecho, es una conquista del espíritu del mal; y es obra, en concreto, de personas mentirosas y violentas. Los que se suman a este ‘grupo’ renuncian a la verdadera libertad, que es incompatible con el odio y el retorcimiento; y se privan de asociarse a las grandes gestas de España: Covadonga, Lepanto, Lezo, reconstrucción nacional y Transición… que no fueron fruto del cálculo sino de una fe y razón rectas. 

El New York Times escribió: "Los fundadores de los EEUU no tuvieron ni una décima parte de las razones para luchar por su libertad de las que ha tenido el pueblo español". Y el P. Bailey [El Mundo Católico; Ed. Rayfe; Burgos, 1937] escribió en el mismo sentido:

«Hoy el mundo se haya dividido por los conceptos políticos de democracia y antidemocracia. Esta división ha penetrado todas las esferas de la vida civil, y a veces invade las religiosas. El movimiento anarco-comunista español levantó hábilmente, desde el principio de la contienda, el banderín de la democracia. Muchos cayeron en el engaño, y, por amor a la democracia, favorecieron a los que, tiránicos por ateos, han sido entre nosotros los asesinos de la democracia (…). Por la Carta de los Obispos al Mundo se trasluce a éste el misterio de iniquidad y de mentira escondido tras la careta democrática de la España roja. (...) Muchos han reconocido esto, pero sólo nos interesa recoger tres testimonios extremadamente característicos y autorizados. Son el Cardenal Verdier, la Jerarquía inglesa y la Jerarquía norteamericana; es decir, las más altas autoridades morales de los pueblos que constituyen, según calificación muy difundida, “las tres grandes democracias”. Testimonios irrecusables.

¿No es de toda evidencia, dice el Cardenal Verdier, que la lucha titánica que ensangrienta hoy el suelo de la católica España es, en realidad, la lucha entre la civilización cristiana y la pretendida civilización del ateísmo?

Pronto nos dimos cuenta, proclaman los Obispos ingleses, de que ésta no es una guerra civil ordinaria a favor de tal dinastía o de tal régimen especial, ni tampoco, como falsamente se ha dicho, a favor de la democracia del pueblo español… Reconocemos que la conflagración en la península española estaba destinada, por los que la empezaron, a convertirse en incendio universal, donde la civilización cristiana se hubiera consumido.

El testimonio de los Obispos norteamericanos es todavía más expresivo. Ellos mismos se definen como “Jerarquía en una gran democracia, siempre alerta para defender y proteger, en bien de todos, los principios fundamentales de la Constitución americana”. Pero estos sentimientos democráticos no les enternecen en favor de los pretendidos demócratas de Valencia; no les echan, como a tantos, en sus brazos. Se han dado cuenta, a tiempo, de la innoble farsa. “Son trágicos, dicen con punzante ironía, los hechos verdaderos de la persecución en España, realizados por hombres que tratan de aparecer como defensores de los derechos humanos” -los hechos, los terribles martirios inhumanos referidos por la Carta Colectiva, les han llegado al alma-. “Vuestras palabras, añaden, nos horrorizan, a nosotros, que aceptamos la libertad de conciencia y de palabra como un axioma [sin duda se refiere a que aceptan la concreción de éstas en la vida real como verdadero fundamento de su convivencia]”. “Queremos que sepáis, proclaman del modo más público y solemne, que, en común con todos los Obispos católicos del mundo, nosotros estamos a vuestro lado, y os damos las gracias por vuestra Carta Colectiva, exposición clara, serena y digna, de la condición de la Iglesia de España”.

Además, con estas opiniones autorizadas coinciden los más de novecientos obispos de todo el mundo que también nos han hecho llegar su testimonio. 

Los obispos yugoslavos dicen que “en el caso de España no ven una guerra civil, sino la lucha entre dos civilizaciones, la Cristiana y la bolchevique, si es que puede llamarse civilización al materialismo marxista.”

El Cardenal de Florencia afirma que “las ruinas de los templos derruidos, los escombros de los altares profanados, los restos lamentables de los monumentos artísticos, bárbaramente destrozados, los suplicios de los obispos, sacerdotes, personas de vida religiosa, y fieles, claman, con voz más elocuente que las palabras, que la guerra de España es lucha pavorosa contra Dios, contra Jesucristo, contra la Iglesia.” Y el Cardenal de Génova contrapone los partidos que han renunciado a todo sentimiento de justicia, moralidad y religión a la valentía cristiana de los defensores del orden y de la religiosidad.

Los Obispos holandeses escriben: “En una simple exposición de los hechos, y con un sereno y autorizado análisis, exento de vehemencia y retóricos recursos, habéis dado al mundo el sentido de la verdad en un lenguaje preciso y contundente, haciendo poderosa llamada a la conciencia de la Humanidad y al último veredicto de la Historia. La impresionante necesidad de este llamamiento oportuno debe mover no solamente a quienes participen de las creencias católicas, sino también a todo el que conserve el sentido de rectitud y justicia natural”.

La revolución comunista española ha descubierto el proceso fundamental de la ofensiva anticristiana. Al movimiento internacional masónico se le ha juntado, confluyendo con él, y dominándolo, el de la Internacional comunista, con todo el oro y el poder de Rusia, que es la sexta parte del mundo; con la mentira y la crueldad, engendro de su moral utilitaria; y con el fanatismo antirreligioso más exaltado y feroz que se ha conocido. “La lucha contra la religión es el abc del marxismo”, ha declarado Stalin. Lucha contra toda religión, satanismo conquistador, que dirige el frente internacional anti-divino, acomodándolo a las circunstancias de cada pueblo, y lanza al ataque a todas las fuerzas disolventes, centuplicando así la audacia combativa y la capacidad de destrucción. »  

Gregorio Marañón dice: “Sería absurdo suponer que un puñado de hombres que penosamente pasaban el Estrecho de Gibraltar en julio de 1936, hubieran podido conquistar paso a paso toda España, contra la organización oficial del Estado, contra el apoyo material y las simpatías de las inmensas democracias del mundo, y en estas condiciones crear en pocos meses un Estado nuevo y un gran ejército, si no hubieran tenido un pueblo entusiasta detrás.”

Y el Cardenal Gomá resumió: “El espíritu anticristiano ve en la contienda de España una partida decisiva en pro o contra de la religión de Cristo y la civilización cristiana. (...) La temeridad de sus gobernantes había puesto en el alma nacional, junto con el agravio, un factor de repudio y de protesta contra un poder social que había faltado a la justicia más fundamental, que es la que se debe a Dios y a la conciencia de los ciudadanos *[al legislar y promover muerte y destrucción]."

Entonces y ahora, una de las heridas más sangrantes del pueblo es el maltrato sistemático de los niños y jóvenes, con quienes el enemigo de Dios se ceba siempre, para conjurar 'el peligro' de que sus almas conozcan la verdad. Hace cincuenta años comencé yo a caminar por el campo minado de la 'libertad democrática'; y a modo de anécdota diré que, con catorce años, me fui en tren con un amigo a Oviedo, a una sala de cine de Arte y Ensayo, en la periferia, para ver La Naranja Mecánica, atraídos por su poderosa propaganda; y con tan mala suerte, que el portero nos dejó pasar. Da justo en el clavo Leo Harlem, agudo cronista de la vida nacional, al retratar el abandono de la juventud de su tiempo, que es el mío: 






Ayer celebramos el siglo de la proclamación de la Dictadura de Primo de Rivera. Ese régimen fue la salida de emergencia para una situación social descontrolada; y, con todo, ese estado de cosas seguiría empeorando hasta desatar el conflicto civil. Las condiciones que prepararon éste son las que hemos descrito más arriba, que, básicamente, eran las de estar a punto de sucumbir al yugo del totalitarismo ateo. 

Lo que esconde la actual deformidad política, su aberrante proceder 

Cien años dan para mucho, y el último siglo fue especialmente intenso. Hoy tenemos, ciertamente, un asunto grave pendiente de resolución, a saber: la negación del espíritu constitucional que exhibe el Presidente del Gobierno. Muy preocupante, ciertamente, y con visos de ser la actualización de la conjura que precedió al conflicto civil; pero, como diría Jack el Destripador, 'vamos a ir por partes'. 

Por encima de todo, hay que descartar que el aparente embrollo que amenaza con asfixiarnos se deba a que España haya cambiado; sin duda lo ha hecho en algunos aspectos, pero no hasta el punto (lo dice el propio Alfonso Guerra) de una desnaturalización como ésta que muestra nuestro máximo dirigente. La anomalía de la vida política que venimos sufriendo en el último lustro -en el que la población no ha dejado de empobrecerse y envejecer- difícilmente podría explicarse por un cambio de mentalidad que hiciera bascular el voto hacia el grupo franky (los pobres no votan, los jubilados no somos tontos, y los pesebristas no suman). De este quinquenio último, como en el caso de Zapatero, más bien cabría esperar un fuerte voto de castigo a Sánchez.

La conspiración Prensa-Política para tumbar a Rajoy,  con ayuda también de populares corruptos, y de La Gaceta

Había insistido el pueblo español en su adhesión a un gobierno estable, allá por el tiempo en que el aterrizaje del Sr. Iglesias y del Sr. Ribera en el ágora nacional habían convertido éste en una jaula de grillos que hacían de coro a la cigarra: "No es No"; lo repito: "No es No"; lo repito: "No es No"; lo repito... Sí, a pesar de esa turbadora coyuntura, la madura respuesta de los españoles se mantuvo, y votaron por segunda vez por un gobierno del PP. Asistí indignado, día a día, a la campaña de hostigamiento que sobrevino a la investidura de Rajoy, y alarmado al complot para su defenestración, que finalmente se produjo por la prevaricación del Juez De Prada. En este golpe de Estado jugó un papel decisivo la Prensa, siendo especialmente lesivo el proceder de La Gaceta. Este diario, aprovechándose de su fama de conservador, concentró toda su potencia propagandística en desprestigiar al Presidente del Gobierno. Día tras día hacían mofa y befa de él, de las maneras más diversas y sórdidas. Por ejemplo, le llevaban a inaugurar un AVE, lo paraban en mitad del páramo tres horas, y le hacían la foto echando chispas al apearse en la estación de provincias. Por supuesto, los políticos, de uno y otro lado, se dedicaban en aquel tiempo a obstaculizar la acción del gobierno, repercutiendo ese mal en la población, la cual, en su aprieto, invitada a tomar a Rajoy como chivo expiatorio, cayó en el engaño y se alegró cuando lo despeñaron. Pero también dentro del Partido Popular hubo muchos que se alegraron... Los mismos que ahora hacen que hacen para evitar tomar las riendas del gobierno... para ver si así la España católica se estampa de una vez... Todo esto lo conté al detalle cuando fue ocurriendo, y esa crónica permanece en el blog 'fiate.es'; pero preparando este artículo me salió al paso un documento muy revelador. En 2016, el director de La Gaceta le hizo una entrevista a D. Enrique de Aguinaga, de una hora de duración. Comenzaba así:



Don Enrique tenía en ese momento un protagonismo excelente, que brillaba por su ausencia, en la vida pública española, por un motivo fundamental: había sido publicado en 2010 un libro suyo compuesto en 1993, y postergado, el cual, con más de mil citas a pie de página, de más de quinientos autores destacados, hilvanaba con el hilo autobiográfico y del pensamiento del autor, una lúcida reflexión sobre el sentido de la herencia histórica actual de España. Guerra, Falange, Franco y Transición aparecen presentados en ese libro como un continuo de instalación histórica, que arrancó en el conflicto nacional.

Obviamente, por su atrevido planteamiento, salió a la luz como un libro políticamente muy incorrecto; pero permanece como un documento fundamental para la tarea pendiente de trazar nuestra ubicación histórica desde su acontecimiento central. Aquí Hubo una Guerra es un libro imprescindible hoy; y su anonimato es señal inequívoca del poder anti-español que nos oprime. 

En este sentido, la introducción que pueden ver en el vídeo, es muy reveladora. El entrevistador presenta a Don Enrique destacando los rasgos que le pueden hacer parecer, ante una parte numerosa del público, como un mindundi intelectual; cito por orden: 93 años, facha de los del diario Arriba, cronista de Madrid, preterido [RAE: de quien se hace caso omiso; calificativo que no casa con Don Enrique, porque a él no le olvidaron sino que le quitaron el trabajo con el que mantenía a una familia numerosa]... En una palabra, que hay elogios que son castigos, y esta entrevista empezó con uno. Desde el comienzo del programa se vio la impronta de falsedad propia de ese medio, enarbolando el Sr. Ariza la bandera de la paz (dime de que presumes...); y una vez asentado el engañoso decorado, comenzaron los capotazos: -"Don Enrique, ¿Cómo fue la guerra civil? Vamos al grano, ¿por qué hubo una guerra civil en España? "

Lo suyo hubiera sido empezar diciendo que el Sr. Aguinaga estaba allí por la valentía y el enorme mérito humano que suponía la publicación de Aquí Hubo Una Guerra; pero en vez de alzar a un héroe ante el público, tal y como he dicho, D. Julio se alzó a sí mismo, su (avieso) proyecto: 'Los míos estamos por la paz' [y sí, claro que lo están,  aunque 'por la paz del cementerio: 'Ubi solitudinem faciunt pacem appellant']. Con todo, afrentado D. Enrique, con serena y elegante ironía, y muy atinadamente, contestó a esa vaga -en realidad, insulsa- pregunta, diciendo: "...hay libros 'por ahí' que tratan de eso". 

Me propuse escuchar toda la entrevista cuando tuviera más tiempo, por deleitarme con la sabiduría de este caballero español; pero en los pellizcos del audio que hice, saltó a mis oídos, como al final de la entrevista, una frase dolorosa, aunque al mismo tiempo tremendamente edificante: "- (...) vaya, no se me ha ocurrido traerme uno... es que yo he escrito un libro, 'Aquí Hubo Una Guerra', del que estoy muy contento... Pero volviendo a lo que me preguntaba... bla, bla, bla...". Tuvo que dolerle mucho a Don Enrique el 'olvido' del entrevistador, pero no se notó, porque su corazón ya estaba muy sanado de las contiendas humanas, y avistaba ya la patria definitiva. Murió el año pasado, siete días antes del Día del Libro. Descanse en paz. 


'Levanto a un santo'... 339 páginas de virtud, descatalogadas,
arrinconadas en anaqueles de soñadores... 




En la familia del propio Don Enrique se dio la dramática división de hermanos;
él, y los que aman la verdad, se afanan para que esa herida no se cierre en falso.


 
En mi ejemplar,  de coleccionista,  estaba esta dedicatoria manuscrita del autor.


 Los dueños de España y el nacionalismo rupturista

Buscando la explicación de la aberrante situación actual, traje a colación el golpe de estado que torció el curso político de nuestra nación, y que vino 'del norte', formando parte de un proyecto 'conquistador'. Ese asalto a nuestro pueblo encaja muy bien con las operaciones ‘invasivas’ a las que lleva tiempo sometido, a fin de extirpar su esencia. Una de ellas, a la que han acompañado otras también muy serias -cesiones de soberanía al lobby europeo, desmantelamiento educativo y domesticación por los ismos, crisis para implantar la confusión estructural-  ha sido la enervación de los nacionalismos rupturistas. Y si antes hablábamos de la guerra, merece la pena conocer la opinión del último presidente de la República sobre este asunto: "Estoy haciendo la guerra por España y para España (...) Antes de consentir campañas nacionalistas que nos lleven a desmembraciones, que de ningún modo admito, cedería el paso a Franco". Y Azaña relató en sus diarios que (el lehendakari) «Aguirre no puede resistir que se hable de España. En Barcelona afectan (el modo de hablar) para no pronunciar siquiera su nombre. Yo no he sido nunca lo que llaman españolista ni patriotero. Pero ante estas cosas, me indigno. Y si esas gentes van a descuartizar a España, prefiero a Franco. Con Franco ya nos las entenderíamos nosotros, o nuestros hijos. Pero esos hombres son inaguantables. Acabarán por dar la razón a Franco. Y mientras, venga a pedir dinero y más dinero». 

Puigdemont

El gusano de la división ya estaba muy activo entre nosotros hace un siglo, pero ahora la cosa es peor. El señor Puigdemont es ‘otro Sánchez’, entregado en cuerpo y alma a la causa de devastar España, por su necedad y ceguera; y su valía es la de obedecer a pies juntillas a sus superiores. Con el fin de desestabilizar a España, y tumbar a su legítimo Presidente, este títere apareció en los medios a todas horas durante todo el mandato de Rajoy; y después de la moción que aupó a Franky lo quitaron de en medio, asegurándole (si no fuera así, ¿cómo se explicaría su tren de vida?) unas lujosas vacaciones en Centro Europa, y asignándole entre nosotros, también estoy convencido de ello, el papel de espada de Damocles para el día siguiente a la celebración de nuestras elecciones generales...

Por esta razón, tras iniciarse contra él un proceso penal por haber declarado la Independencia de Cataluña y su transformación en República, y tras fugarse de España y acabar en prisión en la parte alemana lindante con Dinamarca, no sólo recuperó la libertad de movimientos en diez días, sino que arremetió, con fuerte apoyo y aparato técnico, contra España, dejando a los españoles ciertamente consternados, y cada vez más desentendidos de la resolución de ese problema. Y así fue pasando el tiempo, envuelto el prófugo en una maraña jurídico-mediática destinada a inflar su figura y prepararla para asestar el mazazo definitivo a la debilitada estructura político-social española.  

10 Illa y la no independencia

Y ahora, en el Nuevo Belén que nos han montado en Cataluña nuestros escondidos enemigos, han entronizado a un Salvador, que parece poca cosa, pero que está pensado para ser una piedra clave del nuevo orden

- “Es Illa, chiquilla, que no chilla, pero nos mata callando”. 

Hoy hablé por teléfono con una tía mía afincada en Andalucía desde su juventud, maestra vocacional, soltera y muy cultivada, treinta años mayor que yo, que me ha acompañado durante toda mi vida con su cariño y buenos consejos. Hace tres años estaba ella viviendo en una residencia de Sevilla, cuando llegaron de un hospital distante unos supuestos técnicos sanitarios a ‘reclutar’ enfermos de covid. Le echaron mano, y se la hubieran llevado para siempre con ellos si la providencia no hubiera puesto en aquel momento a su lado a una amistad suya, médico, que intervino con buen criterio y sensatez frenando aquel disparate, ya que mi tía estaba perfectamente de salud y no presentaba ningún síntoma alarmante. Y poco después de aquello, hicieron otros técnicos algo similar con el padre de un amigo mío, al que ingresaron por una leve lumbalgia y, en cosa de unos días, estando él visiblemente turbado por lo que estaba sucediendo, 'contrajo neumonía' y se murió. 

Era de aquella ministro de sanidad este médico delgadito pero con mucho estómago, y cabeza fría, de nombre Salvador Illa. Con éste sucedió que le evacuaron tras la matanza, y ahora avanza: con el PSC-PSOE ha subido de 9 escaños, en abril del 19, a 19 en el 23J. Este día, de cada cien catalanes, ¡veintiuno le votaron a él!, ¡y nueve a Díaz!; por contra, ERC+Junts obtuvieron quince, y tan sólo trece el PP+VOX. Con estos resultados se da por descontado que el próximo gobierno catalán será del PSOE+Sumar... ¿A qué viene entonces tanto meter miedo con la independencia? 

11 Expolio, villanía y Rebelión

Según la Indra-voz-de-su-amo, el expolio sistemático de España se estaría saldando con ¡tres españoles de cada diez! votando por un cambio de gobierno (PP o VOX); de modo que el escarnio está servido: no sólo no hay castigo a Sánchez sino que puede seguir maltratándonos; e inflando a España de odio con su propia villanía y con la de sus socios. 

Después de derogarse el artículo 544 del Código Penal -la sedición-, la acusación más grave que pesa ahora sobre Puigdemont es la de Rebelión, que viene fijada en el artículo 472, y conlleva penas de 15 a 30 años de cárcel. A este respecto, publicó la BBC, en los inicios de la causa, la siguiente nota:

12 La Prensa nacional e internacional decretan la inocencia de Puigdemont 
"(Rebelión es) La acusación más grave,  pero también la más polémica de todas las que pesan contra Puigdemont. Según el art. 472, "son reos del delito de rebelión los que se alzaren violenta y públicamente" para una serie de fines entre los que se incluye el "declarar la independencia de una parte del territorio nacional". Y el auto de la jueza Lamela sugiere que los independentistas catalanes podrían haber incurrido en al menos otras dos causales del mismo artículo: "derogar, suspender o modificar total o parcialmente la Constitución" y "sustraer cualquier clase de fuerza armada a la obediencia del Gobierno".

Este último punto remite al rol de la policía autonómica de Cataluña, los Mossos d'Esquadra, durante su pulso con el gobierno central. Este asunto en particular podría a su vez terminar siendo clave a la hora de determinar si el procés independentista catalán puede considerarse violento y, por lo tanto, si aplica el delito.

Los autos sugieren que, para la jueza Lamela, el control de la Generalitat sobre los Mossos podría bastar para satisfacer el requisito de violencia.

Efectivamente, la falta de violencia ha sido precisamente uno de los principales argumentos esgrimidos para desestimar la pertinencia de las acusaciones de rebelión. Pero, en su auto, la jueza Lamela destaca el "poder intimidatorio" de los Mossos d'Esquadra, tanto como las llamadas a la movilización popular, "como medio intimidatorio y violento para conseguir el fin secesionista". ¿Será suficiente?"

Encontramos en este texto de noviembre del 2017 un sesgo informativo muy significativo: una ocultación de la gravedad de los cargos que pesan sobre el ex-president, al tildar de 'polémico' el cargo de 'Rebelión', que en principio parece ser, jurídicamente, claro y distinto. Este carácter tendencioso del artículo es un ejemplo de la propaganda anti-española (léase anti-católica) que secularmente zancadillea nuestra convivencia. Otro ejemplo elocuente de este acoso silencioso a España, que es una constante en su historia, es el carácter farragoso de la resolución denegatoria de extradición por Rebelión que puso en libertad al fugado en su periplo europeo: El informe es contradictorio, confuso, inapropiado y falaz; impropio, ciertamente, del modo preciso de fundamentación jurídica habitual en la nación alemana.

*[Hoy, 22 de septiembre, tenemos que lamentar la decisión del Tribunal Europeo de Derechos Humanos de admitir a trámite los recursos contra la Justicia española de los ajusticiados por los sucesos de Cataluña, basados en argumentos tan fútiles como que las sentencias castigaron el ejercicio de los derechos de asociación o de expresión ]

13  Prensa de mala ley

La Prensa española hoy, sin ley alguna que la ate, miente obscenamente, y sigue ganando adeptos para la causa de un mundo sin Dios. Pero, mientras en el 36 empleaba en sus guisos un pellizco de descrédito eclesial, servido por un exiguo grupo de sacerdotes separatistas, hoy cuenta dentro de la Iglesia con un respaldo muy considerable de la jerarquía. Unos y otros, usando sin moderación de la confusión y el miedo, siguen empujando al rebaño a pastos pisoteados y aguas estancadas, formando en la gente una mentalidad de un humanismo engañoso, que termina llevando a los individuos al aislamiento y a la desesperación. 

En realidad, todo el mundo percibe la adulteración omnipresente en los medios, pero, por la pereza existencial, el agobio, o la cobardía, se sigue cediendo a su influjo, cual avestruz que... De un modo u otro, todos analizamos los hechos sociales desde una idea de justicia,  y la opresión de la tenaza 'prensa-política' es un hecho que está en la mente de todos. Asimismo,  todos confrontamos la actualidad con lo que hemos aprendido del pasado, y por esta razón se afanan los medios últimamente en cambiar la Historia, para confundirnos, o para tranquilizar a los que ya están cayendo en el engaño de la propaganda anti-española. 


14  ¿Qué nos toca ahora?

A base de dejar hacer a los que,  bajo capa de bien, buscan someternos, el sufrimiento ha crecido hasta anegar hoy nuestras vidas, y pide un remedio urgente. En las décadas 'democráticas', mientras el consuelo material nos distraía, íbamos sintiendo la presión de este lazo de lo material en torno a nuestro cuello, la frustración de ir cumpliendo años sin sentirnos verdaderamente satisfechos. A día de hoy, la inquietud social se ha disparado, espoleada por la punzante necesidad interior de decidir de qué lado estamos.

El error -el pecado- acumulado hasta hoy, nos ha puesto en esta tesitura de tener que dar una respuesta. El apremio viene de dentro y de afuera, pues vivimos en un mundo enrarecido y exigente, en una inestabilidad extraña e incómoda. Y, lógicamente, late en los foros la discusión sobre las causas y las soluciones del mal social. Un debate éste, no obstante, desigual, porque la postura de los poderosos es unánime y única en los medios. Los magnates, que nos han arruinado moral y económicamente, han estado también intentando silenciarnos a toda costa a lo largo de todas estas décadas, del mismo modo ruin que siempre: perversión, deseducación, compra de voluntades, persecución, propagación de mentiras, y cambio de leyes, arrumbándonos a una desorientación extrema. Y ahora abordan la fase de convencernos, por la fuerza, de la bondad de su quimérica propuesta social (el gobierno único... 'pacent apellant'). Pero ya estamos al tanto del lazo que nos quieren tender; y tenemos claro que lo que la sociedad española es, difiere mucho de lo que dicen los medios, los cuales le hacen a todas horas un retrato distorsionado, para favorecer los intereses de sus amos. Por ejemplo, según EC (uno de los diarios más 'influyentes', y, como su logo indica, contrario en todo a la CE) la película de nuestra historia presente sería la siguiente:

15 El ultimátum de los medios

«Si la hipótesis de quiebra institucional se produjese entraríamos en una fase terminal de la Constitución de 1978, que no resultaría un mero azar sino fruto de la precipitación de acontecimientos en un contexto histórico sísmico, muy propio de la idiosincrasia del inconsistente constitucionalismo español. En todo caso, estamos abocados a un futuro inmediato de inestabilidad y confrontación… *[¿Es por los rasgos de esta coyuntura -demasiado parecida a la de preguerra- que se insiste tanto en denigrar a Franco, como para dejar sin razones a los partidarios del 'buen orden', detractores a su vez del Nuevo Orden?] (…) La encrucijada exige reflexión, estrategia, ir al paso de la propia sociedad española, mantener los principios con la habilidad persuasiva más que con la impositiva, comprender que las referencias de nuestro momento son fugaces, líquidas *[¡pero aún mucho más sólidas de lo que les gustaría!], y que los esquemas políticos y sociales válidos se van derrumbando uno tras otro y hay que sustituirlos sin perder los principios *[los hipócritas ansían tumbar la verdad como eje de la vida social, e imponer principios-fachada]. Y es obligado ya de una vez dejar de adular a la ciudadanía y enfrentarla a la realidad [sí, claro, una vez que la han encerrado en una malla de leyes inicuas, le revelan su pobreza, para que, al comprobar su impotencia, se entregue mansamente a la mentira social impuesta; ¡pero estuvieron callados como muertos mientras daban el cambiazo a las leyes!]. Y la realidad es que estamos en el punto de quiebra de la experiencia de convivencia más exitosa de nuestra historia (el régimen de 1978, destilado de las lecciones de nuestra historia contemporánea). *[En verdad, la democracia española está por llegar; y más abajo volvemos sobre esto. Asimismo, retratar el momento actual como el punto de quiebra de la convivencia es una exageración, que casa muy bien con ese machacón y falso retrato social que a los mercaderes les gustaría que asumiéramos… Pero no cuela, porque la escasa y mala información de los medios, hace tiempo que ha cancelado su credibilidad, y sus excesos frustran este astuto intento suyo de desarmarnos sin usar la fuerza.] 

La película del drama nacional que nos sirve EC termina arrojándonos sutilmente a la arena del enfrentamiento civil, "con un fotograma de Carrillo con peluca en la frontera de Francia, y un pie de foto que dice: 'Sánchez, el resentido, desprecia la paz social' ” » .

Por más que se ejerza violencia sobre los que opinamos, es palmario que la prensa ha quedado desacreditada como portavoz de la realidad en demasiadas ocasiones. Quienes quiera que sean los que la dirigen, cuya mala ley se evidencia en sus malos frutos, han fracasado en su intento de adueñarse del relato de la vida nacional. Sus exageraciones, su envilecimiento increíble del ser español, y sus prisas por torcer, hasta partirlo, el tronco patrio, les han traicionado. Tal vez su falta de virtud les ha hecho creer que reaccionaríamos de otra manera; pero el carácter que se ha fraguado en siglos no desaparece tan fácilmente del modo de ser de un pueblo. Recuerdo como si fuera hoy el agobiante transcurrir de los días del “No es no”; meses de calvario, en que diablos cojuelos nos pinchaban incesantemente con sus tridentes para ver si saltábamos y arremetíamos contra el de al lado; y resultó que aguantamos, por obra de ese saber superior que anida en el alma española: paciencia, buena crianza, esperanza cierta, ayuda mutua, etc. etc. etc. Ciertamente, ganamos en aquella y en muchas batallas, pero la lucha no cesa.



Ley de Transitoriedad Jurídica y Fundacional de la República Catalana, Ley de Referéndum, y Declaración de Independencia, no se nombran en los medios, y al contemplar la 'Impunidad para Puigdemont' se rebaja asimismo a la mínima expresión la responsabilidad del fugado en la extremadamente lesiva agresión a la Soberanía Nacional, a la Constitución EspañolaEC pasa de 'hablar sin eufemismos', a hablar sin veracidad...

¿Quién o qué nos ha dejado sumidos en la confusión, incapaces de entender lo que pasa, de ejercer nuestra responsabilidad, y de obrar conforme al momento histórico?

Me vienen a la mente esas exageraciones mediáticas, ya habituales, con las que los malos psicólogos sociales al servicio del régimen intentan despistar a la población: la moción de Tamames, los espectáculos bufos parlamentarios, los grotescos globos sonda, o las primicias de declaraciones con olor a naftalina de Esperanza Aguirre, Zapatero, Felipe, Guerra, o del inefable Aznar. Todo vale con tal de mantener el trampantojo democrático. Erre que erre con la España dividida... Tanto se empeñan, que hasta podríamos admitir que “la izquierda cruel” y “la derechona fascista” siguen vivas... Pero, admitámoslo también, de la misma manera que en el 36 no todos los rojos eran asesinos, ni todos los azules despiadados fascistas, hoy tenemos en España gentes de bien que no encuentran sitio en ninguna sigla política; y mucho nos ayudaría poder prescindir ya de estas viejas categorías de izquierdas y derechas. Porque, al presente, como en todas las batallas de la historia, independientemente del bando en que cada cual luche, la verdadera contienda se da entre los partidarios del bien y los esbirros del mal. Los unos llaman al pan, pan, y son simpáticos; los otros, en cambio, intentan vender la moto de una vida moderna y mejor, y se amargan, porque ni a ellos les convence ese tipo de vida...



16 La verdadera encrucijada

En realidad, nuestra situación ahora no es muy diferente a la de estos años atrás; nos toca aguantar, aunque ya van cayendo chuzos de punta. Pero esa quiebra institucional y de la convivencia que solemnemente pregonan al viento los nuevos imanes del reino, aún no es cosa hecha; y el por qué venden la piel antes de cazar el oso esos viejos zorros del periodismo español, huele a cuerno quemado. ¿No son la prudencia y la objetividad cualidades básicas del buen periodista? Está fuera de duda que la actualidad política se puede contar de otra forma.

Precisamente porque aquí hubo una guerra, y nadie quiere repetirla, los últimos acontecimientos pueden ser vistos de un modo menos alarmista. 

Los más jóvenes viven, los pobres, en un mundo irreal, y la guerra para ellos es cosa de cine; pero la pirámide de edad de España está invertida, y los jóvenes son minoría (véase hacia la mitad del video, la evolución de la pirámide desde el final del franquismo):



La gran mayoría de los españoles estamos escandalizados de que prensa y políticos fomenten el odio, espantados de que se promueva el vicio, desconcertados por tanto desmentido; y muy atribulados, sin apenas tiempo para otra cosa que para luchar con los nuestros por la supervivencia, o, en muchos otros casos, lo cual es aún peor, con dificultades para sobreponerse a la soledad, al triste horizonte de esperar a la muerte sin compañía. Sin embargo, en medio de esta creciente desolación, no desaparece la voluntad y el deseo de encontrar la salida de este caos; siguen los espíritus buscando la verdad, escuchando… Y no han enmudecido aún todas las voces, ni se han apagado aún todas las lámparas, gracias a Dios.

Una silueta monumental se levanta en medio de España; mejor dicho, dos: la cruz, y el Sagrado Corazón. Por la primera recobramos el ánimo, recordando las innumerables veces que, abrazados a ella, superamos nuestras dificultades; y por el segundo, hallamos consuelo a nuestras penas, impulso en las dudas, y liberación del peso de las culpas. La sinceridad, la coherencia de vida, la magnanimidad, la limpieza de corazón, el amor hecho obra que a veces vemos a nuestro alrededor, y los grandes ejemplos de vidas heroicas de nuestro pasado común, nos animan a no desfallecer, a buscar el sentido en esas realidades humanas que fundamentaron nuestra convivencia, y a esperar ese tiempo nuevo luchando por un mundo mejor. 

El día a día es a veces muy difícil de soportar. Nos asaltan continuamente temores que nos quitan la paz, lúgubres augurios, funestos presagios de desgracias… Y cuando se nos invita a combatir esto con las solas fuerzas del razonamiento, entonces ¡que fácil es deslizarse por la pendiente del desánimo!, ¡pues invariablemente se nos presenta como la verdadera razón de nuestro mal una situación contraria a la esperanza! Precisamente, la explicación de que España se encuentre abatida es que está presa del hechizo de “la razón lo puede todo”. Esto, ciertamente, es una novedad en su tradicional forma de abordar la vida, inducida sin duda por la mentalidad dominante, que se va expandiendo de la mano del dinero. Por supuesto que la inteligencia es principio rector imprescindible, pero para que sea útil no puede ser contraria a las razones del corazón. E incluso, en caso de duda, 'es preferible morir que matar injustamente'.

Enfrentamos problemas muy graves por la adulteración de los principios cristianos que históricamente articularon nuestras sociedades; éstos, basados en el amor desinteresado, aportan un aglutinante indispensable en la vida social, el plus de cohesión que el ‘ojo por ojo’ no puede dar. Por eso, el remedio a nuestros males sólo puede estar en una vuelta a esos principios, porque nada los puede sustituir. La ilusión de que la conectividad digital, con su súper-capacidad organizativa, puede sustituir al amor, es una quimera. La conectividad no puede ir en contra de sí misma; no puede unir, porque la unidad tiende a eliminar mediaciones; por tanto, nos conducirá, sí o sí, a la disgregación, y ya hemos empezado a verlo; es iluso pensar que después de las deformidades sociales que ahora nos espantan, vendrá el paraíso social. Desconexión, conectividad y amor

Los que militan en esa quimera vuelven penoso nuestro diario quehacer, acechando nuestro traspiés, persiguiéndonos con la desgracia, pinchándonos para que cambiemos de opinión, para que asumamos un nuevo modo de vivir y olvidemos la vida decorosa que teníamos por norma. Los poderes establecidos hacen burla de nosotros; ningunean al pueblo; lo flagelan con cargas y privaciones, con sobresaltos y amenazas. Siniestramente, hacen como que todo ese oprobio es ajeno a su actividad, pero al mismo tiempo, con la insidia propia de los burlones, dan pie a pensar que es un castigo por resistirnos a su voluntad.

La situación actual, ese ‘punto de quiebra de la convivencia’, es uno de esos anuncios de desgracias que, maquiavélicamente, está pensado para empujarnos a dar un paso en falso. Muy debilitado el pueblo por la dura travesía de los últimos cinco años, se le ha sometido en este tramo final, electoral, a un cruel maltrato psicológico. Desde abril vamos de sobresalto en sobresalto, pasando por falsas ilusiones. Y ahora estamos entrando en una etapa tenebrosa.

Ahora es cuando, iluminados por la fe, tenemos que caminar entre las asechanzas del maligno convencidos de que no tiene ningún poder sobre nosotros. Privados de luz y de perspectiva para enjuiciar los hechos, tratar de orientarse con tan solo nuestro entendimiento es como meterse en una densa niebla, donde las nubes formarán figuras fantasmales que nos atemorizarán, nos desorientarán, y nos llevarán a tomar decisiones erróneas. En esta situación, no es prudente separarse del grupo (de la tradición), ni cambiar de pensamiento (en tiempo de tormenta, no hacer mudanza). La pretendida quiebra de la convivencia no es más que un fantasma. En realidad, la convivencia no se sustenta en los papeles ni en las palabras, sino en los hechos, en las obras del día a día de todos los que componemos esta comunidad nacional.

Cabe dentro de lo posible que vuelva a formar gobierno Sánchez pactando con Puigdemont; pero eso no significa el final de nada. Verdaderamente, nuestra historia de pueblo la escribe Dios, y si perseveramos en la tradición que procede de Él, no tenemos que temer al futuro. En ese hipotético escenario político, el presidente del gobierno habrá transgredido la ley al impedir que siga su curso, pero nosotros seguiremos igual que hasta ahora: manifestando con nuestra vida que existe una verdad, y que se hace real en el amor desinteresado; tendremos penas y quebrantos, pero perseverando en una vida recta, alcanzaremos nuestra meta: una vida lograda en el amor. Lo contrario, ceder a la tentación del desánimo, sería renunciar a la vida, y darle la victoria al enemigo.

  

El Diccionario del Nuevo Orden, Wikipedia, también quita hierro a la violencia del independentismo,
tratando lo sucedido como si fuera cosa de niños; pero el asunto no es cuán cerca de culminar sus propóstios estuvieron los rebeldes a la CE, sino el hecho de que atacaron brutalmente la convivencia entre españoles.

17 El momento actual desde un punto de vista técnico

Más que la convivencia, lo que está en juego ahora mismo es la honradez de las personas encargadas de administrar justicia en relación a un hombre acusado de un delito de Rebelión, que se castiga con penas de quince a treinta años de cárcel. Según el ajustado análisis de Fontecha, el artículo 472 del código penal, que define siete supuestos de rebelión, pide una interpretación de los puntos uno y cinco acorde con la Constitución. La violencia que acompaña a la consecución de los fines recogidos en esos dos puntos no es la del concepto general de violencia, que si aplica a los otros cinco. Se da la circunstancia de que esos dos causales suponen a un tiempo la destrucción de la Constitución y del poder que la constituye, mientras que los otros cinco sólo vulneran, en mayor o menor grado, la norma. La acción del gobierno catalán (aprobación de una Ley de Transición a la República, y Declaración de Independencia) destruye Constitución y Poder Constituyente, basándose en la legitimidad auto creada de un referéndum (del que los no catalanes estuvimos excluidos). Puigdemont vulneró el mandato 9.1 de la CE, el más importante, el que determina la fuerza vinculante de la Norma Fundamental: “…los poderes públicos están sujetos a la Constitución y al resto del ordenamiento jurídico”. En Cataluña, la CE no fue derogada sino destruida por medio de actos jurídicos. La destrucción, con supresión del Poder Constituyente, contenida en la Declaración de Independencia, es en sí misma, y desde el punto de vista de lo que causa, un acto de extraordinaria violencia. Declarar que el orden jurídico pasa a ser otro es una acción de temible lesividad y agresividad para el orden establecido; y aunque no haya uso de fuerza ni oposición, hay una impresionante violencia en el acto de cambiar la estructura jurídica del Estado sin que el individuo tenga opción a resistirse. La acción puesta en tela de juicio supone la destrucción de la Constitución, que es incompatible con la vigencia del nuevo orden sin más, lo que nada tiene que ver con el éxito o perfeccionamiento de esa acción, o con la consideración en la que están entrando algunos jueces sobre si la fuerza involucrada es suficiente, por ser peregrina además de irrelevante, dada la tremenda complejidad que entraña ese análisis de fuerzas. El error aquí es considerar que “Declarar la Independencia” requiere el complemento de la violencia en sentido general, cuando el propio título al que se adscribe el artículo 472 se refiere a los Delitos contra la Constitución. A lo ya dicho se suma que, cuando el orden constitucional se quiebra desde las propias instituciones, con el poder que obtienen de la Constitución misma, es todavía más grave. Esto es exactamente lo que ha ocurrido en Cataluña, y es precisamente la hipótesis que contemplan los apartados primero y quinto del artículo 472.

Una de las escenas de la película que quieren que traguemos tiene un diálogo revelador de la debilidad de la posición de los que llevan las riendas. Le preguntan a un experto qué fue lo que pasó exactamente en Cataluña, y éste, bien aleccionado por sus amos, contesta: "Unos dirigentes autonómicos desaprensivos dictaron leyes de desconexión y convocaron al pueblo a un referéndum ilegal." ¡Qué apurado se ve el tirano para atenuar de ese modo la calificación de lo perpetrado en Cataluña!

Como ya hemos visto, la gravedad de aquellos hechos fue máxima, sin que sepamos en qué punto del perfeccionamiento del plan consiguió el Estado Español ponerle freno. Y tratar de minimizar la tremenda agresividad y lesividad de aquella acción es tratar de poner puentes al enemigo que nos quiere invadir y someter.  


18 Desorden, agresiones, fraudes... de parte de Bruxelán

Si el PP sacó cuatro millones de votos más que el PSOE por la reacción contra Zapatero, en las elecciones del 23J podría esperarse un castigo bastante mayor que éste. ¿Qué pasa entonces, nos hemos perdido alguna parte importante de la película? No lo creo; porque desde aquel 2011 hasta hoy, ningún proceso relevante ha incidido en la composición social e ideológica de la población electora, salvo para agudizar el rechazo al gobierno,  que nació de fraude y traición,  con la excusa de ¡frenar la corrupción!; porque en cuanto a cambios demográficos avalando al monstruo Franky, no ha habido, tal y como ayuda a entender la pirámide del vídeo. La mayoría de los votantes del 23-J éramos adultos esperando ansiosamente deshacernos del más funesto gobierno de los últimos cincuenta años. Y, sin embargo...

Desaparecida la honradez -eclipsada la ética cristiana-, ¿qué impediría a los que codician poseer España arreglar los resultados electorales a su completo antojo y conveniencia? ¿Cómo podemos descartar un mega-pucherazo de la Indra-calculadora -juguete del gobierno- en el recuento? Su aparato predictivo, al alimón con la Nueva Prensa temeraria (que inventa la realidad), puede calibrar el fraude que mejor le ajuste a nuestra aturdida población, y arrojar un cuadro de voto TOTALMENTE DISTINTO al real. Y arrojar también al ruedo ibérico un Puig-Puchi, un Illa-polilla, una Indra-tóxica y un mega-pucherazo... Puchilín, Puchilín... ¡PuchIlIndrazo! 



Sí, es muy posible, y más que probable, que se haya perpetrado este fraude criminal (ciertamente criminal, pues si da origen a otro gobierno monstruoso, el final de éste, como el paso de un violento aluvión, dejará un rastro de muchas muertes). Pero no hagamos cábalas, y cojamos a este toro por los cuernos. ¿Quieren los dueños del gobierno de Sánchez hacerse uno con quien practicó un maltrato extremo a los españoles? En aquella ocasión se llenaron los balcones de pueblos y ciudades de España de banderas rojigualda... Mírense muy mucho los instigadores de odio y resentimiento qué es lo que van a hacer; porque en un rincón olvidado de cada alma española hay un dolor dormido que no conviene despertar; y en otro, últimamente aireado, una pulsión religiosa profunda. 


Índice:

1    Dios bendice; el diablo amenaza.

2    El mal está en guerra permanente contra el bien.

3    El 36 fue un ataque del mal.

4    Leyenda Negra de España.

5  El último tercio del S XX y lo que va de éste reproducen la historia que preparó la contienda civil.

6   Lo que esconde la actual deformidad política, su aberrante proceder.

7  La conspiración Prensa-Política para tumbar a Rajoy, con ayuda también de populares corruptos, y de La Gaceta.

8   Los dueños de España y el nacionalismo rupturista.

9   Puigdemont.

10 Illa y la no independencia.

11 Expolio, villanía y Rebelión.  

12 La Prensa nacional e internacional decretan la inocencia de Puigdemont.

13 Prensa de mala ley.

14 ¿Qué nos toca hacer?

15 El ultimátum de los medios.

16 La verdadera encrucijada.

17 El momento actual desde un punto de vista técnico.

18 Desorden, agresiones, fraudes... de parte de Bruxelán.






  


  


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