FELIPE II Y EL IMPERIO DE LA VERDAD

Necesitaban descansar, pero pusieron por delante el descanso de los débiles.

El clamor popular de hoy no ha sido contra Sánchez. Si Sánchez hubiera hecho avanzar el proyecto común de nuestro país, nadie clamaría contra él. Pero sus cinco años de gobierno han supuesto un retroceso enorme de España a nivel de calle, de barrio: No se encontrará ninguno en el que sus pobladores estén hoy más contentos que hace cinco años.

En toda esta semana no vi ninguna propaganda, ni en medios, ni en iglesias, ni en redes, animando a acudir a este acto en defensa de la Constitución. ¿Qué habría sucedido se se hubiera anunciado como en otras ocasiones?...

Los sesenta mil alistados de Felipe II no clamaban hoy contra Sánchez sino por una España mejor... que no somos tontos. Todo el mundo sabe que nuestro presidente no manda, como también sabe todo el mundo que si repite en el gobierno nos va a rematar, por orden de...

Tampoco se han movido las masas por el Sr. Puigdemont, que es otro Sández; pero por el respeto al orden que rige la convivencia sí que se han movido... que no somos tontos.

¿Han tomado la calle los sesenta mil de Felipe II por el poder de atracción del líder gallego? La verdad es que no. ¿Qué español va a estar con un líder que no deja de decir que va a perder la presidencia? No somos masoquistas ni tenemos vocación de perdedores; y no aprobamos a los que actúan con doblez.

Ese batallón rojigualda alzó su voz para reclamar, una vez más, el regreso del imperio de la verdad a España. La voz que tronó en Madrid era el eco de los vientos de España; vientos del pueblo que llevan, vientos del pueblo que arrastran, que esparcen el corazón y que avientan la garganta.

La Prensa hizo lo posible por evitar que el pueblo se hiciera oír. Y ahora que no pueden ocultar su formidable voz, la falsean con mentiras. Nadie está contento con el rumbo del PP, y a nadie engaña esa vaina del malo y la buena; con doña I.D.A. como 'la buena'... que no somos tontos.

La gente está harta de mentiras y maltratos; quiere vivir en un país serio gobernado por gente seria. Y Núñez no lo es... ¿Qué se trae entre manos? ¿Qué clase de salud puede querer para su pueblo el que levanta la mano izquierda, medio abierta, y sacando un pulgar tumbado, que mira para un lado en vez de apuntar al cielo? Salvo que el tal saludo tenga un significado oculto, no veo en él más que en-fermedad, esto es, no-firmeza. Para empezar, es siniestro (no diestro); pero, además, ni es un puño redondo, ni un 'Ave César' cuadrado, y ni tan siquiera es un "We're the winners". Es... el no ser. Núñez es el líder que no es, el vacío, la negación del ser, la falta de esperanza... 

Empujó a Rajoy -que peca de ingenuo- al barranco, llevando junto con él a la España recta, y dejándonos abandonados a merced de los bandidos.

Quiere mandar, pero no tiene prisa...

Pero, hoy, los cien mil hijos de Felipe II han alzado la voz en el corazón de España, pidiéndole a Núñez que se vaya; que para farsante ya tenemos a Sánchez...

"Es elitismo político favorecer a unos políticos frente a otros" ¡Cielos! ¿Qué inmundicia es ésa que este líder pretende hacernos tragar? ¿Cómo se atreve a darnos de comer hiel con miel?

Puigdemont cometió un delito de extremada gravedad, cuyas consecuencias habrían podido ser dramáticas para el conjunto de la nación. Y sólo Dios sabe cuán cerca estuvimos de que lo fueran.

El clamor popular de esta mañana era contra esta falta de pudor, esta impostura, instalada en las instituciones. 

Si Núñez no hubiera desbancado a Rajoy primero, y a Casado después, cualquiera de ellos estaría ahora llamando a este delito contra la patria ‘Rebelión’, pero Núñez es una desgracia nacional; y personal; pues quiere hacernos comulgar con ruedas de molino, dándonos a entender que lo sucedido no fue para nada una terrible agresión. Este señor tiene tantas ansias de poder -al cual le habrán dicho que accederá cuando esta tragicomedia termine- que está dispuesto a las operaciones más deleznables para alcanzarlo. Por eso su boca ha vomitado hoy esas palabras hediondas; palabras que tratan de encubrir la maldad de lo perpetrado contra España por la banda de malhechores que quieren destruirla, y dar paso con ello al seudo-gobierno destinado a preparar su propia entrada triunfal.

Queríamos forzar a Núñez a tomar el poder, que sensatamente cabía esperar que pasase al PP después del expolio nacional ejecutado por la asociación de desalmados Franky; pero se ve que no se pueden forzar las cosas; la pasión de poder ciega a este líder venido del país de las (ti)nieblas… Hay que dejarle por imposible… y si llega algún día al poder -Dios no lo permita- hacerle, por las buenas, tan difícil gobernarnos, que quiera irse cuanto antes. 

Entretanto, con mansedumbre pero con firmeza, cada cual según las fuerzas que Dios le dé, tenemos que seguir insistiendo -a tiempo y a destiempo- para que el enemigo desista de sus planes homicidas contra España, y vuelva pronto a imperar en ella la verdad, la paz y el  bien.