EL TESTAMENTO DE MATATÍAS
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Biblia-regalo de boda que preside nuestro recibidor; abierta hoy al azar salieron Proverbios acerca del varón justo, y de su mujer. |
"Ahora reinan la insolencia y la reprobación, es tiempo de ruina y de violenta Cólera. Ahora, hijos, mostrad vuestro celo por la Ley; dad vuestra vida por la Alianza de nuestros padres." (1 M 2 49s)
El tiempo que describió Matatías en su testamento es también el nuestro; hoy triunfan, ciertamente, el descaro, la violencia y la confusión. La verdad que salva ya no está accesible por la razón, aunque las buenas mediaciones ayuden; hoy, más que en otros tiempos, el acceso a la verdad sólo puede ser a través de nuestra conciencia, del diálogo del alma, en estado de gracia, con Dios.
Les pedí una vez a dos jóvenes de un barrio humilde de Oviedo que me acercaran al centro; en el coche procuré empatizar con ellos, aún cuando notaba bien la tensión en que se desenvolvían sus vidas; y era, de hecho, tanta, que, en cuanto olieron la referencia religiosa mostraron con acritud su desagrado, y cancelaron el diálogo; como si yo -que les triplicaba la edad- no tuviera nada provechoso que compartir con ellos.
La violencia, la mentira, y el odio -brotes de la falta de Dios- son el aglutinante de la humanidad enferma. Crean una masa dura, capaz de la más espeluznante vesanía, pero incapaz de construir futuro alguno. Por contra, la humanidad fundada en el amor, y en el respeto a la tradición, perdura a lo largo de los siglos. Y mientras que la primera supone la renuncia a la razón y a la justicia, la segunda las exige. La vida verdadera, tal como se nos ha revelado y transmitido de generación en generación, no aparta a nadie, no cancela, no condena. Lo que nos hace distintos a otros seres es la razón, y ésta puesta al servicio del corazón; lo cual es tanto como decir que lo propio del ser humano es la delicadeza.
Mi primer destino como maestro fue en 'Adultos'. Solíamos coincidir todos en el bar de al lado; y me asombró comprobar que algunos de mis alumnos pedían té porque era la bebida que yo tomaba. Los modelos sociales son importantísimos; y acertaba hoy el cura al recomendarnos que leyéramos vidas de santos. Por ahí empezó la conversión de San Ignacio, que cambió las armas por los hábitos y arrastró consigo al cielo a multitudes.
Dios derrama un aluvión de dones a los que, renunciando a todo, y cargando con su cruz de cada día, le siguen. Su modo de ser es amar sin condiciones, y no se cansa de llamarnos. Tiene sed de nosotros, de nuestro amor, y entrando en su corazón descubrimos la vida verdadera, el alimento que sacia nuestra sed de eternidad. Él nos enseña a hablar con el Padre con total confianza, nos guía a descubrir el gozo de hacer la voluntad del Padre; y llegando a ese punto, nuestra vida está colmada, y cumplida.
En el 11-S pasado (a los cincuenta días del Gran Fraude del 23-J) se murió trágicamente un hermano mío, ferviente devoto de la Virgen de Guadalupe, cristiano español apasionado, y alma que el maligno tuvo encadenada desde su temprana juventud. Para mí, por la resonancia personal de esa muerte, el 11-S ha perdido su funesto sello anunciador de desgracias, y se ha teñido de esperanza.
En homenaje a los que han perdido su vida por la impiedad asociada a la corrupción de costumbres que nos está llegando del norte, y en honor también a los que heroicamente resisten sus envites, repaso a continuación cómo ha sido para mí este último mes de dramática coyuntura, en la que nos jugamos la vida verdadera, y todo lo que merece la pena. Y voy a hacer este repaso en cincuenta imágenes... y un video.
El marco es el de un padre de familia normal y corriente, que escribe cosas, como sabéis. En este último mes, como desde hace trece años y pico, por acuerdo tácito con mi esposa, fui yo el encargado de preparar y servir las comidas y las cenas, y de dejar recogida la cocina para el siguiente servicio. Aparte de esta tarea fija he hecho muchas otras de las llamadas domésticas, naturalmente; y cada día me he esforzado en cumplir con mis obligaciones de estado, y con las de mi condición de padre y ciudadano responsable en tiempos recios. En cuanto al mantenimiento de la casa: material, moral, social... no doy abasto. Pero vamos por partes. Una dedicación habitual que tengo es la que podéis ver en estas fotos:
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El piso está equipado con un mix de calidades; estas barras de iluminación son de Ikea y las hemos sustituido. A continuación podéis ver el resultado en el recibidor y en la habitación de matrimonio |
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Se cayó la puerta superior y se desmochó una esquina; busqué un trozo de madera adecuado, lo trabajé, lo ensamblé tipo 'cola de milano', y ahora me toca barnizarlo |
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Se rompió la pieza que fija la pantalla a la porcelana; la reemplacé recurriendo al cajón de sastre y con ingenio |
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'El burrito' se descoyuntó de tanto peso y tuve que recomponerlo entero, y reforzarlo |
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En nuestra habitación hice ese mantenimiento de persiana un par de veces en el último mes |
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Otra 'avería' recurrente: se va soltando el tirador de la barrita roscada, y termina cayéndose al interior del mecanismo |
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La solución de bandejas sin perforar el alicatado es de Lidl; por presión. Inconveniente: cada cierto tiempo las gomas pierden adherencia o se rompen, y la barra se escurre; me tocó restablecerla |
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El tema de las mediciones tiene también mucha miga; y no valen las prisas... en esta pared se me han ido un poco... Y ahora me toca retocar hembrillas y alcayatas para mejorarlo |

Fueron muchos los agujeros que hice, el polvo que se levantó,
los nervios, las vueltas que tuve que dar...
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Reponer bombillas por otras de más potencia |
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Aquí cambié 'el plato' original inferior opaco por uno traslúcido |
Al sustituir la cortina de este baño, se nos partió la barra, y me las tuve que ingeniar para reponerla sin tener que ir a comprar otra |
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Ese lienzo está tapando el cuadro de relés, que estaba missing cuando llegamos. Me las tuve que ingeniar para poder colgarlo, puesto que no podía perforar la zona para usar el sistema clásico |
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Cuando el grifo está abierto sale el agua por la unión del tubo a la base. Como ya tiene mucho uso, me ha tocado cambiarlo. |
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Me las ingenié para meter las catorce cajas plegadas de mis libros 'de rosas' en el cuarto de la lavadora... Me quedó tan curiosito que mi esposa no protestó -¡milagro! |
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Colgamos los aperos de limpieza... medir, limpiar, 'cianocrilatar', 'ventosear', y no digo más... todo porque los azulejos no se pueden perforar |
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La terraza de la cocina -tendedero, armario de instrumentos varios, contenedores de reciclaje...- está ahora 'más apetecible' |
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Lo que puede hacer un toque tropical... |
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Hoy colgué ese cuadro, retrato de mi esposa hecho por D. Ubaldo Cantos Gil, q.e.p.d. |
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Lo traje de Asturias pensando en abrir un despacho de psicólogo... no sé, no sé |
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En el mismo distribuidor está este otro mueblecito, también debajo del magnífico cuadro de Goya de la no menos genial y maravillosa pintora y madre, Dª María Belén Melián Huerta, q.e.p.d. también |
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A la izquierda podéis ver el 'cofre' de nuestros tesoros... |
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"Y tú te regocijas, oh Dios, y tú prolongas/ en sus pequeñas manos tus manos poderosas,/ y estáis de cuerpo entero los dos así creando/ los dos así velando por las cosas." (Himno de Laudes) |
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¡Uy la lucecita led de la nevera! ¡qué guerra me está dando! |
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La obsolescencia programada apareció en la bandeja de botellas; la atajé pegando dos láminas de metacrilato |
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También afectó al cajón de la fruta, que colapsó porque es muy endeble para el gran peso que soporta; y otra vez tuve que acudir a los depósitos de segunda vida... |
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Una pegatina y cinta termoadhesiva para algunos roces... |

Os podéis reír si queréis, pero lo que más me ha costado en este mes ha sido sobrellevar con amor la contumaz, enérgica y tenaz protesta de mi esposa 'por no ayudarla en nada'; y, en ese ataque emocional, me ha costado, especialmente, sobrellevar el insidioso eco amenazante de ser llevado ante los tribunales de género 'por maltrato psicológico', al no defenderme de las injustas acusaciones, y responder con el silencio a las continuas invectivas de mi esposa....
Eso fue lo que más me costó, sin duda; más que los elaborados artículos que escribo; más que responder a los sobresaltos de la 'justicia' (como el de celebrar un juicio contra mí sin avisarme), o a los de la Administración (con requerimientos atípicos o con multas, como una de 900 euros debida al confiscovid de mi esposa, que la borró de la vida de su hija y mía durante cinco meses y me impidió cumplir con mis obligaciones de estado; y como tres o cuatro más, injustas y dañinas, de 60 u 80 euros; o como otra de tráfico en que me imponen 200 euros y no dicen ni la matrícula ni el precepto infringido...); y eso de mi esposa me costó también más que el tener que sobreponerme a las afrentas varias que me llegan inopinadamente, como la de la comunidad de vecinos, que nos atribuye impago de cuatro cuotas de 180 euros cada una; y como las pifias varias que nos hacen con los coches (ya van veintitrés días del golpe al Polo, y seguimos con el bollo y sin noticias). Sí, como digo, mi vida diaria en este mes han sido sobresaltos y contratiempos, que 'me mullían la cama' sobre la que descargaban los truenos y aguaceros de mi esposa... Esta incesante queja íntima me ha dolido casi más que la situación de España...
Les había dicho hace quince días que iba a hacer pública mi protesta; y lo hice. La certeza de la violencia que se cierne sobre el futuro de España me movió a salir de mi casa y expresar en la calle mi dolor.
El día 31, a la hora torera, aparecí en el cementerio municipal portando un arnés. La idea era quedar suspendido unos centímetros para llamar la atención, pero fue todo improvisado y sólo quedé 'un poco estirado', aunque sin perder el contacto con el suelo. Sin embargo, tal vez porque hoy todo lo que se mueve es rápidamente detectado, ese pequeño gesto mío tuvo una repercusión desmedida. No me refiero al número de espectadores, que no fueron más de seis o siete (y tal vez alguno de ellos estando ya sobre aviso); sino a la respuesta que el poder quiso darle.
Usé un cubo vuelto del revés para tantear alguna ramita que el mosquetón pudiera abarcar, pero el sistema era tan precario que, como he dicho, me quedé en tierra. Estando en tan ridículo trance aparecieron los enterradores, dos o tres, y por h o por b, uno de ellos llamó al Cuerpo. Vinieron rápido dos fornidos y educados agentes a pedirme explicaciones, estando yo ya libre del accesorio. Y se las di; con sencillez, tal como era en verdad el motivo de mi estancia allí: una protesta por lo mal que está España.
Con toda calma estaba departiendo con ellos sobre el tema, y ellos escuchándome con atención, cuando llegó un superior suyo que, tras unas preguntas protocolarias les ordenó que llamaran a los sanitarios. Luego les retiró la orden diciendo que quería ser él en persona quien hablara con el 112; y se retiró. Un cuarto de hora más tarde volvió y, muy ceremoniosamente (en un gesto que en el momento no alcancé a calibrar), me llevó aparte y me pidió mi consentimiento para salir del camposanto. Yo accedí, con la misma actitud mansa e inocente que tuve en todo momento; y salimos. Estaba la ambulancia a la puerta, y saludé sonriendo al chófer y a la mujer que estaba con él, a quienes conocía de algunos servicios que habían hecho en Recodo, pero me indicaron que me sentara en un banco que allí había. Poco después se acercaron los miembros técnicos -superior y medio- del equipo.
Enseguida me vi dando explicaciones de que, a pesar de tener un diagnóstico de esquizofrenia, hacía catorce años que estaba sin tratamiento, y muy bien... Del todo inútil. La puerta del vehículo se abrió; la señora a la que vi con el chófer no quitaba la vista de su móvil y se lo enseñaba a quien tenía que dar la orden -el protocolo cursa, estoy seguro, con una comisaria de género en todos los asuntos en los que medie relación entre sexos-; y con el estómago dándome vueltas de campana empezó mi viaje astral...
Una semana y pico tardé en recuperarme. Un cóctel de Plenur, Akinetón, Fluoxetina, Lormetazepan, Mirtazapina y Trevíctor, para abarcar el espectro de los cuatro grandes grupos: Depresión, psicosis, bipolaridad y manía. Porque, como el mando policial me dijo, 'esto que usted ha hecho no es normal', me despacharon así, tras encomendarle al cura de la parroquia (un franciscano) que les tuviera al corriente si me veía hacer 'cosas que no fueran normales'.
Hoy me llegó, además, una denuncia, con multa abultada, para -según me explicó el mando policial- cubrir los gastos del despliegue...
Bajaba yo cabizbajo el domingo por la cuesta del tanatorio, de rezar para ganar las indulgencias que sacan almas del purgatorio, y reparé en una obra en la que trabajaban varios obreros. La valla decía que se construía ahí, a marchas forzadas, el nuevo Instituto de Medicina Legal. ¡Qué pedazo de edificio!... un CASTELLO. Atando cabos, "cancelada la salv-ación que viene de Dios, o sea, la SALVD verdadera", la que nos queda es la que viene de la institución científica -corrupta como todas. En el corazón de este nuevo edificio habrá una sala con un letrero que diga: "Comisión para decidir quién vive y quién está sano". Secuestrado Dios, un grupo de personas -los sanitarios más enfermos- podrán perfectamente decidir que el sano es el enfermo y el enfermo el sano... y, por lo que he visto personalmente, ya lo están haciendo. Estos súper-hombres decidirán igualmente qué es una sexualidad sana, y dirán que es muy saludable enseñársela a los niños desde su más tierna infancia... (Eso explica que hoy, víspera de la muerte de España, ya se esté normalizando en la publicidad la corrupción de menores, en concreto: 'durex')
Sin duda que los planos de este edificio se encargaron la noche del 23-J, cuando se conjuntaron los astros en un ignoto despacho inaccesible y unos hombres de negro decidieron dar el asalto definitivo a la noble España, en la aciaga noche del Gran Fraude Indra-Electoral. Y hoy, 10 de noviembre, sopesada la pobre resistencia popular a sus burdas manipulaciones, han dado el paso definitivo... Sólo nos queda esperar un milagro tipo Matatías. Rezo con toda mi alma para que suceda... por la continuación de la vida.
(El pastel es de ayer... y se me ha quedado un poquito duro... aunque tampoco es que estemos para celebraciones.)
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