Dios, ¿dónde estás? Estoy aquí, ¡escúchame!
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Con mis pensamientos voy, con mis pensamientos vengo, porque para andar conmigo me sobran mis pensamientos. |
Con mi dinero, no. Con este PP, tampoco. A mí que me lo expliquen, porque a empujones no se hacen las cosas. Se hicieron en el covid y la Ucra-Gaza, pero ya estuvo bien... No acierto a explicar lo que pasa por mi mente cuando un día tras otro soy expuesto a un caótico bombardeo informativo, donde la mentira, las contradicciones, los absurdos y la burla amenazan con hacer saltar por los aires todo lo que amo, todo lo que amamos, lo que con tanto esfuerzo y sufrimiento hemos construido y hemos heredado.
El Sr. Núñez ha mostrado deslealtad al pueblo soberano desde el comienzo de su presencia nacional; desde que, aún caliente el cadáver de su jefe de filas, se autoinvitó a Moncloa para legitimar la impostura del nuevo gobierno; y siguió igual de desleal hasta ahora, permitiendo que este gobierno traidor saqueara el país en el último lustro.
Esto es una farsa. Y una farsa sangrienta. Claro que vemos los partidos o las pelis que nos echan como migajas mientras el país se desmorona; sí, aceptamos esos despojos porque estamos muy cansados, extenuados, pero no porque demos por bueno lo que hacen nuestros líderes. Más bien nos repugna la suciedad en que han convertido nuestro día a día; y aguantamos por nuestros seres queridos; ésa es la verdad.
La prensa nos abruma; nos machaca con sus malas artes: confusión, mentira, provocación, amenazas, inventos y demás bazofia que no tenemos más remedio que tragar, y encima pagar. Ya no sale ninguna autoridad en sus páginas, porque nadie se presta al juego diabólico de matar de hambre a un pueblo fingiendo que se hace por su bien. Se recurre a la nube; a la nube de 'expertos'; de plumillas ambiciosos que sabe Dios qué tienen en la cabeza para prestar su nombre a semejante juego mortal (Jorrín, por ejemplo, que firmó ayer en El Confidencial un texto de apoyo al rearme desinformando); se acude a la nube de entes creados, o inventados on-line, para usarlos como autoridades cuando hace falta convencer de algo; o a la nube de delincuentes confesos encubiertos que avalan maldades por interés propio.
El continuo cambio; el fingimiento como arma política de dominio de masas; la transgresión de la Constitución Nacional con pretextos vanos; la extorsión del pueblo con el anuncio de decisiones gravísimas ante emergencias inventadas, que implican o causan la muerte de millones de personas; y un sinfín de afrentas más. Es casi una acción fuera de control; empuja al caos, aunque aún no de un modo total o irreversible.
El proyecto que subyace requiere que nadie se manifieste en contra con razones coherentes. Requiere del consenso social para establecerse; mientras alguien diga que todo es una farsa, y dé razones, aún no puede dar por alcanzado su objetivo. Porque aunque sea un proyecto criminal -que mata, y mucho- su éxito sólo puede llegar estando revestido de progreso; al más mínimo atisbo de fraude criminal, se interrumpiría la farsa. Por esa razón hemos pasado ya tantas veces de estar al borde del fin de la especie y del planeta a estar delante de la tele disfrutando de un derbi. Porque todo es una farsa; y bastante cutre, por cierto.
Hoy, por ejemplo, venía en los grandes medios una foto de Sánchez con el líder chino; ¿qué pinta ahí nuestro presidente? Pues nada, obviamente; simplemente le dijeron "Tú vas y le das la mano, ¿entendido? Y no se te ocurra decir nada, y menos en chino mandarín, ¿entendido?" Y D. Pedro va y le da la mano, y en la cara se le ve el asombro de estar viéndose a sí mismo como un mandatario que manda, y que está, nada menos, que con el jefe de un pueblo poderosísimo de más de mil millones de seres humanos.
La cara de piolín apareció unos minutos y rápidamente la quitaron o la difuminaron, no fuera a ser que la gente cayera en la cuenta del engaño |
Por más que cueste creerlo, esto es lo que está pasando. Al frente de esta locura hay muchas personas que han avanzado mucho en el camino de la descomposición moral, de la abyección. La imposición social que castiga cruelmente la afirmación pública de la existencia de una verdad moral objetiva -logro reciente de los abolicionistas del Derecho Natural- no se conformaría con aplastar a sangre y fuego la oposición a sus dictados; como quiera que presumen de seres civilizados sin serlo, necesitan vencer toda resistencia a su progreso sin que se note su gran violencia.
Por esa razón juegan un papel crucial en esta guerra los depositarios de la verdad eterna; es decir, los católicos. En los grandes movimientos estratégicos del enemigo, siempre hay un ingrediente de amenaza a la Iglesia.
Encumbraron a Trump, previa campaña de imagen a lo Hollywood, y, con toda probabilidad, manipulando los votos, lo cual es pan comido con poblaciones que viven de espaldas a la verdad, con miedo, y sometidas a potentísimos medios de vigilancia y predicción. Y una vez encumbrado le endosaron al actor un papel de 'iluminado', para sembrar otra confusión a escala planetaria.
Son tan torpes los 'comandantes' de esta impostura que se atrevieron a insinuar un peligro de guerra mundial, y escondieron en seguida esa carta por lo vergonzoso del farol; entonces sacaron lo de los aranceles -se ve a la legua que ya les urge poner punto final a esta mugrienta farsa- con lo que intentan meter presión, y someter, sin arriesgarse a un peligroso descubierto.
La Iglesia Católica debutó en el covid, legitimándolo, como colaboradora de esta nueva forma de política. Cuando todo el mundo veía la confusión que rodeaba al fenómeno, en vez de presentarse como interlocutora ante una ciencia que hacía dejación de sus funciones, dio por buena la versión oficial política. Al presente, cuando estamos inmersos en el segundo gran affair mediaticovídico, sucede que el Papa está fuera de escena sin que sea claro el porqué. Nos lo sacaron al balcón cuando ya no había motivo para que no apareciera, y fue tan extraña esa aparición que decidieron reeditarla, ganando así tiempo para la expansión del bulo arancelario. Hoy leí en el periódico: "(Segunda) reaparición del Papa en el Vaticano"... ('por primera vez', enfatizaba el periodista).
De la misma manera que en la oscura dana valenciana brillaron 'los astros" en el firmamento de Valencia (Reyes, Presidente, Ministros, Portaaviones, y mucho más), en este nuevo truculento envite mandan a nuestro gastado presidente a lustrarse a China, para que siga en el poder, por más que ya no aguantamos la miseria que nos trae, y aunque se le abuchee por las calles. La Sra. de Von der Leyen da por hecho que con el apoyo de su siervo fiel el Sr. Núñez, Pedro, como ella le llama, aguantará .
La Iglesia sigue, no obstante, anunciando la verdad: Que en el mundo manda Dios, y que la Historia la preside la Cruz, en la que Dios fue llevado a la muerte por la ignorancia de los hombres, muerte de la que resucitó por el amor extremo que en su sacrificio nos mostró; y que vuelto a la vida ya no muere más y nos habla en la conciencia, con tal de que queramos escucharle. Y aunque los doctos intenten convertir cada acto de amor humano en un motivo de discusión teológica, Dios sigue hablando a los que le siguen con una fe sencilla, y les sigue llevando con seguridad por el buen camino.
En todo caso, se quiera o no, la conciencia, y su divino huésped, siempre nos acompañan. Y en estos días, debido a la nueva avalancha de lodo que nos han echado encima, se está librando una lucha a vida o muerte en la conciencia de la mayoría de las personas del mundo civilizado.
Y nuestros opresores, viendo que muchos ya empiezan a dudar seriamente de la realidad de lo que se les está contando, y se van planteando una resistencia, están poniendo todo su devastador arsenal mediático en juego. Y los que están más cercanos a su modo de pensar ya están empezando a suspender los planes que tenían para la Semana Santa, razonando que no es nada desdeñable la posibilidad de un inminente confinamiento, u otro castigo similar de la población.
Fue, de hecho, en un momento así, estando la gente empezando a cuestionarse la ortodoxia del Papa Francisco, cuando se disparó la barbarie del covid... Porque quienes nos afligen con este azote social sin precedentes descansarían si la verdad contradijera a la verdad, pero como eso es imposible, procuran por todos los medios que el Papa dé por bueno su errado modo de obrar.
Y, por cierto, Papa Francisco, ¿dónde estás? ¡Ven y confírmanos en la verdadera fe!, que el enemigo es mucho más fuerte que nosotros.
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