EN LAS FAUCES DEL LEÓN

El que a hierro mata a hierro muere. Yo prefiero morir como trigo molido por los dientes de la fiera.


Mis queridos amigos:
Nada ha cambiado de ayer a hoy para nosotros. Llevábamos siete años secuestrados por un gobierno de delincuentes y seguimos igual. Nos han arruinado; han destruido todo lo que con sangre, sudor y lágrimas edificaron nuestros padres y abuelos para nosotros; lo material y lo moral. Y España hoy es un montón de cascotes humeantes: sin identidad, sin dignidad, sin futuro. Somos extranjeros en nuestra propia patria, y prisioneros de hombres ambiciosos y llenos de orgullo. 
Tímidamente empezábamos a levantar la voz ante el escándalo insoportable de ser gobernados por viciosos, ladrones y cínicos; y hoy, al despertarnos, ya los teníamos a todos de nuevo erguidos en sus puestos. ¡Qué feliz coincidencia para ellos esta guerra! Su delito ha quedado reducido a polvo que se lleva el viento; ahora pueden volver a las andadas como gente honrada. 
Salen en su defensa los voceros del régimen; los mentirosos que ayer se las daban de haber puesto en la picota al gobierno y hoy le urgen a que "tome medidas contra la corrupción". Pero qué medidas van a tomar los que piensan torcidamente desde la más remota a la más superficial de sus neuronas. De ellos, como de las plumas de estos escribanos acomodados, sólo puede salir ruina y violencia para el ciudadano de a pie. 
Ya están anunciando desgracias económicas, ¡a un país que lleva décadas siendo saqueado! Los magnates se han aliado en nuestra historia reciente con hombres sin principios metidos a políticos para asaltar nuestra economía. Previamente, han sembrado los campos, esforzadamente labrados durante décadas, con malas hierbas: drogas, pornografía, libertinaje y toda clase de inmoralidades. Y en la confusión resultante no les está siendo difícil esconder sus maquinaciones para someternos.
El imperio de la mentira tiene una serpiente en el trono: se retuerce continuamente calculando cómo hacer más daño. Daba grima ver a esos figurantes de la Casa Blanca posar preocupados por ocupar la baldosa que les habían asignado, como polluelos con la gallina, niñatos obligando al mundo a inclinarse bajo el yugo de los magnates. 
Han urdido una mentira muy gorda para dar un paso muy grande en la ambiciosa carrera que los tiene ocupados. Si en cosas de política nacional, como ayer mismo he dejado en evidencia, es infumable la información que se da al pueblo, ¡qué nos van a decir de una guerra que involucra a los EEUU!
Como en el covid, convencidos de que somos escoria, han sacado ya al experto de turno: Pachín, permítanme nombrarle con la forma familiar de mi tierra, porque con ello tenemos mejor perfilado el personaje. Pachín Tarín es un militar experto en armas nucleares; con lo que cada vez que tengan que 'explicarnos' porque nos aprietan más el cinturón, lo llamarán a él, y él, haciendo sonar una trompeta aparecerá para convencernos del bien que traerá la nueva medida del gobierno. ¡Ven, Pachín, ven Tarín! y Pachín Tarín empuñando su trompeta aparecerá en pantalla: ¡Tachín, tachín, tararíí...! ¡Pachín Tarín con todos Vds., para aclararles todas las dudas nucleares!, nos dirá mientras engullimos bocadillos de mortadela viendo partidos de fútbol amañados. Basta leer lo que hoy ha dicho en la prensa para ver que es un puro camelo; literatura para tarados.

El Sr. Tarín es el continuador del Don Simón del covid

¿Qué esconde esta jugada? Obedece al proyecto quimérico de un orden social rigurosamente nuevo, distinto a todo lo que hayan visto los siglos. Para alcanzar ese nuevo estado hace falta arrancar todo lo que nos ate al pasado, absolutamente todo. Y si bien puede resultarles fácil en muchos casos, en otros, como es el caso de España, encontrarán una fuerte oposición a que desaparezcan ciertas instituciones, costumbres, modos de pensar o de situarse frente a la vida. 
Por ejemplo, como decía ayer, la idea de justicia en que se parte de la inocencia del acusado hasta que se demuestre su culpa, es una cosa del pasado que tiene que ser destruida. En el nuevo orden bastará con que una autoridad declare fuera de la ley a un ciudadano para que sea automáticamente considerado culpable. O también, en otro orden de cosas, la duda moral en un adolescente será considerada patológica y pondrá en marcha un protocolo de tratamiento obligatorio. Porque en el nuevo orden social la moral es sustituida por lo que manda la ley; y la conciencia, proscrita.
En el horizonte del proyecto no existirán matrimonios, sencillamente porque el amor se considerará un fenómeno fisiológico más, y porque la procreación dejará de existir, y la reproducción será un asunto de estado que se llevará a cabo en laboratorios según un plan rigurosamente trazado.
Estas pinceladas pertenecen al cuadro imaginario que manejan los que en las últimas décadas no cesan de intervenir clandestinamente para cambiar el rumbo de la Historia. Con el juguete digital en su poder, cuelan intrusos en las políticas de los estados modernos, para ponerlos patas arriba. Y estamos ahora ante un nuevo episodio de esa dominación mediática, más atrevido que el anterior, del que sólo se puede esperar mayor muerte, destrucción y cadenas. 






















 





Comentarios