BIENAVENTURADOS LOS LIMPIOS DE CORAZÓN
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Hermosa Santa María, bello retoño del tronco de Jesé, ¡ruega por España! |
Cierto día funesto, allá por el año 2011, nos despertamos en crisis, y supimos entonces que había "señores de negro" que detentaban el poder que nosotros creíamos tener depositado en las instituciones del Estado que manteníamos.
Empezaba por aquellas calendas la segunda fase del reset, el cual había ya logrado, con la excusa del terrorismo, la conculcación del derecho a la intimidad de los ciudadanos -garantizada en nuestra Constitución y en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Así, con violencia y engaño, y vía móviles per tutti, habían abierto los bárbaros una grieta en los muros seculares de Occidente, y entraba ya en tromba por ella la impostura que nos tiene sojuzgados.
DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS DERECHOS HUMANOS |
A la sazón estaba yo viviendo en Recodo del Pinar, en un inmueble dañado de raíz por innumerables irregularidades, el cual, a trompicones, había terminado de edificarse en 1991. En aquel septiembre de 2013 resulté elegido presidente de la comunidad de vecinos, sustituyendo en el cargo a Dª Esperanza Arredondo Sánchez de la Poza, hermana del principal Técnico de Administración General del Ayuntamiento, y miembro del Tribunal Económico Administrativo de Castilla-La Mancha. Una noche dichosa observé desde la calle una luz en la planta -1 que iluminaba un local grande, desconocido, del que ningún vecino me dio razones y cuya llave tampoco me sería facilitada. En cumplimiento de mi deber, decidí abrirlo acudiendo a un cerrajero (la puerta ya había sido violentada anteriormente). Entré y vi que se trataba de lo que un día había sido vivienda (suelo, cocina y baño desmontados; la encimera contra una pared); y donde ahora se almacenaban algunos trastos y archivos de Acciona (memorias de obras). Volví a sacar el tema, y ya me di de bruces con una cerrada hostilidad, que iría desde entonces en aumento hasta límites criminales. Viendo el cariz que tomaban las cosas me puse en oración. Cierta noche la pasé pidiendo luz al Señor, y, al día siguiente, intentando poner en la fachada una placa de la recién presentada en sociedad Fundación Fíate (piedra de mármol que ahora está encastrada en mi casa natal) perforé por tres veces la pared exterior del edificio, justo en tres zonas donde en su día había habido tres ventanales que, a la sazón, estaban disimulados con ladrillo extrafino. Como el local tenía pinta de no estar tributando, pedí informes a Galtri Administradores S.A., que se negó a presentarme las cuentas; y, acto seguido, me detuvo la Policía Nacional, me fichó, y me encarceló ilegalmente (negándome el Habeas Corpus), y del mismo modo ilícito me vació un lápiz de memoria en que yo conservaba las fotos del local. Y dio comienzo así una cruel persecución contra mi persona que, al presente, se concreta en más de cincuenta expedientes judiciales conteniendo mi nombre.
Por otro lado, Dª María Eugenia Romero Rabadán, mi directora y esposa del influyente Secretario del Ayuntamiento (el cual trabajaba codo a codo con el Sr. Arredondo), debió de verme enseguida como una amenaza a su estatus, y me hostigó sin tregua hasta que, con su decisiva intervención, me jubilaron.
Por aquel entonces llevaba yo tres años ejerciendo de Profesor Asociado en la UCLM, siendo D. Juan José Pérez del Pino Jefe del Servicio administrativo; el cual, de espaldas a su función en pro del interés público, facilitó las maniobras para mi apartamiento ilícito de la universidad.
Tocado mi ánimo por tanta afrenta, permitió Dios que tuviera un accidente laboral, del cual, en principio, debía derivarse una incapacitación laboral por atrofia del nervio cubital y pérdida de la pinza fina (EMG concluyente), pero que, por la torcida intervención de la inspectora médica Sra. Del Amo, en vez de esa salida -que me hubiera dejado con la pensión máxima y pudiendo ejercer de psicólogo full time & for free en la Fundación- lo que sobrevino fue un periodo de diez meses de baja que la administración computó como si estuviera de alta; y al mismo tiempo, y después, un rosario de penurias que casi acaba conmigo, pero en el que Dios me sostuvo milagrosamente hasta veinte días antes de cumplir los sesenta, momento en el cual, también por la acción -delictiva- de la médico mencionada, fui, esta vez sí, jubilado por incapacidad, pero no como héroe sino como insano villano peligroso para la sociedad.
Aquel triste uno de diciembre de 2021 llevaba yo treinta años sin bajas laborales, y en el momento en que la gale(r)na emitió su informe de incapacitación no se daba ninguna de las circunstancias legales que lo respaldaran:
1º) Fui llamado a comparecer ante ella por iniciativa suya y no estando de baja.
En la instrucción del CA continuaría la funcionaria prevaricando al ocultar mi alegación a su dictamen con el disfraz de 'Solicitud de Revisión de Incapacidad' -según mi abogado- apartando así al Juez de su obligación de conocer del caso. Porque, en el marco de un CA, siempre abierto a la posible vulneración de derechos fundamentales, si el magistrado del TSJM que desestimó mi recurso hubiera sabido que el dictamen de incapacidad había sido alegado, su decisión de no entrar a conocer del caso habría tenido mayor connotación de dolo.
2º) Al ser citado por la inspectora yo gozaba de buena salud y no tenía bajas desde hacía treinta años.
3º) Tenía además un seguimiento médico que insistía en esa buena salud (la susodicha Dra. del Amo cogió de mi mano los siete informes -de tres años- que acreditaban esa estabilidad, y los fotocopió ante mis ojos), pero en su dictamen final afirmó que yo no tenía un seguimiento.
El fraude estaba claro. Una inspección ilegal y deshonesta me excluía de ejercer la docencia, y obligaba a la Administración Educativa a jubilarme. Alegué la resolución, obviamente, pero en Educación me respondieron que el jubilarme no era decisión suya, que ellos sólo cumplían la ley, y que trasladaban mis objeciones a la médico. Ésta contestaría a las mismas con un escueto: "Me mantengo en lo dicho"; sin fundamentación ninguna que respaldara su dictamen y despreciando su posible carácter delictivo, bien indicado por mi en las graves alegaciones presentadas.
Vino a continuación el Reconocimiento y Cuantificación de la Pensión por parte de la Dirección General de Ordenación de la Seguridad Social, acto igualmente viciado -que fue el que recurrí en Contencioso- el cual, además de lo ya dicho, contenía el vicio de pagarme al mes ¡doscientos sesenta euros de más!... (sabe Dios por qué); y del que ahora me acaba de llegar la desestimación de su recurso.
Han pasado quince años desde que comenzaran los problemas para mí y para mi familia. En todo este tiempo he sufrido una marginación rigurosa, bajo el estigma de loco, que he ido reportando puntualmente en mis escritos en la red. Vi frustrados todos mis intentos de trabajar por la mejora de la enseñanza, precedida mi persona por la calumnia allí adondequiera que fuese; pero, alentado siempre por la gracia de Dios, me he mantenido en constante actividad en favor de la verdad, que es el principio de todo lo bueno.
Esa ayuda del cielo me concedió hace nueve meses destapar un complot criminal en torno a las muertes atribuidas a la dana valenciana. Desde entonces hemos asistido a numerosos intentos de blanquear aquel oscuro suceso; y todavía hoy, tristemente, se suma al sumario que vehicula esa vil campaña, cierto testimonio de la Guardia Civil, cómplice, al menos, de burlar a la nación haciéndole creer que hubo en Valencia un catastrófico desastre natural.
Hoy temprano, al enterarme, consulté en google quién estaba al mando de la Benemérita, y obtuve el sorprendente dato de que ha habido ¡cuatro nombramientos para ese puesto en cinco años!
La secuencia es: Gámez-González-Marcos-y González otra vez. El recorte que adjunto, de la Inteligencia Artificial, se equivoca en algo tan básico como el nombre de la persona que sustituyó a la primera mujer directora de este cuerpo de las Fuerzas Armadas. Dicho error no puede ser casual -¡faltaría más!- y nos sitúa ante la pregunta de con qué intención se promueve dicho engaño.
Cuarenta días después de aterrizar en el cargo, la Sra. González 'cargó' con la dana... ¿Demasiado peso para sus hombros? |
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Don Leonardo Marcos González, en guerra con sus facciones, se salvó por los pelos de la dana... ¡Eso es tener suerte! |
Al hacerme Dios depositario de una confidencia tan delicada, procedo en este asunto conforme a mi conciencia y teniendo en cuenta los consejos de la curia. Al respecto, tras haber sido asesorado por cierto monseñor, acudo ahora a otra instancia más alta, al solicitar del Arzobispo Primado de España una entrevista. Me imagino que ya no tardará en dármela...
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