JOSÉ, EL MENDIGO

Dinero, sin Dios = Violencia sin límites. (El desprendimiento de los bienes materiales es controvertido, pero mi experiencia es que te da gran libertad. En su momento sufrí oposición, pero la santa Iglesia, por voz de uno de sus cardenales, me apoyó, gracias a Dios). Me despertó a mitad de la noche un sueño muy intenso, preludio de un gran cambio en mi vida. Era yo un niño-bien en viaje de placer. Era rico, y, por tanto, con mil apegos que mermaban mi libertad. Con todo, mi mayor tara era considerarme mejor que los demás. Deambulando como un turista, una ráfaga de viento me arrancó de las manos el billete de avión que tenía para volver. Lo vi meterse por una entrada de metro y corrí tras él, pero cuando estaba a punto de cogerlo, un nuevo golpe de viento lo alejó de mí. Y esto se repitió una y otra vez. Yo, incapaz de renunciar a mi posesión, me iba metiendo cada vez más adentro por pasillos y túneles, con peligros y sobresaltos. Por un destino ciego, el ticket se iba colando por hendi...