EL MAL NO TIENE LA ÚLTIMA PALABRA
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Belleza, bondad, verdad... lo que vale la pena. |
Toca hacer balance del curso, cómo nos ha ido, y cómo se presenta el curso que viene. Este balance es el de un esclavo que viaja hacinado en la bodega de un barco, a oscuras y con muchas necesidades de todo tipo, materiales y espirituales; y con un gran dolor en el alma porque no es libre. En la cubierta va la tripulación, cada uno en su puesto, pero cómodamente instalados; y los dirige el Alto Mando, todos con guerreras aterciopeladas, fumando en pipa, y tomando Martini, Oporto o Chivas, según el momento del día. Ese esclavo podría ser cualquiera de nosotros, los que no tenemos servicio doméstico permanente y exhaustivo.
Sin nadie que nos diga qué pasa afuera -porque la mentira se ha hecho dueña del ágora social- elaboramos nuestras conclusiones a partir del recuerdo de nuestra vida en libertad y de la ciencia de la cruz (*).
Por el recuerdo se nos hace presente que en unos tiempos duros se edificó una España vigorosa, que llegó a ser la sexta economía del mundo; era la década 1975-1985:
Y llegaron con el felipismo los ismos destructores, precursores de la matanza perpetrada por 'el género', que devastó a España. Nadie protestó por la imposición de la 'política correcta', porque los que auparon a Felipe nos inflaron a golosinas (sexo, droga y rock&roll...), y ya empezó a actuar en nosotros el veneno de la falta de sentido, el que a la postre... nos tiene postrados.
Sucedió entonces, estando anestesiados, que la serpiente -1$1- nos hincó su diente... Y empezamos a alucinar... Se reunieron los de la NATO y acordaron que, para mayor seguridad, se iban a cargar la privacidad de todo el mundo, que las autoridades hurgarían en la memoria de quien quisieran cuando quisieran; y a partir de ahí, como piezas de dominó, fueron cayendo los cuerpos jurídicos, los cuerpos de nuestros ancianos, las familias, las instituciones, las economías, las segundas o terceras viviendas... los Estados modernos... esas democracias que, sin embargo, 'siguen a tope'... engañando a troche y moche... Y el viejo Felipe, con su torcido cayado, sale de la libertad abanderado... ¡ese viejo zorro!
Usaron, las mentes pervertidas de los magnates, el juguete que los niños listos de Silicon les ofrecieron, esa mega-inteligencia que obedece a muy imperfectos hombres, y que es capaz de hablar y de matar a discreción sin que nadie se entere... ¡perversión consumada de la postmodernidad!
Eso es lo que dicen hoy los periódicos: "Aquí manda el caos, y no creáis que vais a impedirlo como hicisteis en el 36". Y la cosa lleva visos de que va a ser verdad; a no ser que los mártires cristianos, que los hay, den un golpe de mano en la Iglesia, y así el mundo se entere de la verdad. La verdad de que viajamos en la bodega de un barco... rumbo a la más sórdida muerte... la muerte de nuestras almas.
Y va a ser necesario dar ese golpe de mano; porque en Roma hay una especie de marioneta, a la que vemos siempre de lejos para que no se note que es de trapo; y no es de esperar que de pronto se ponga a hablarle al león con palabras de verdad y vida, y lo ponga en huida.
El mundo está mugriento; y muriendo, rápidamente. Los bárbaros se nos comen y no reaccionamos. El fin de semana pasado todos los diarios, a coro, clamaban por echar a este gobierno. Pero al día siguiente dijeron que estaba a punto de estallar la guerra mundial, escondieron lo del gobierno corrupto, y nos dejaron mudos. Luego empezaron a embarullarnos con mil dimes y diretes, la mayoría idioteces, con profusión de hojarasca, churras mezcladas con merinas, tetas con misiles, balones con melones, chorizos con gobernantes, criminales con salvapatrias... Y por encima de toda esa bazofia, la fotaza del..., perdón, de la neo NATO: Treinta y siete mandados mandatarios posando para sacarle las castañas del fuego al descuartizador de España, para que siga siendo alguien, y prosiga su plan criminal, hasta que aquí nadie reclame la herencia de sus padres. Previamente se habían sacado de la manga guerras, bombas, bloques, amenazas y peligros... para desplumarnos. Como si no supiéramos que llevan cuarenta años al servicio de los magnates, y que todo lo que éstos ordenan es para que no les molestemos mientras se refocilan en sus palacios. Y si para eso hay que matar, se mata.
Y se puede matar de muchas maneras. Calumniándote hasta que vomites odio; haciéndote la vida imposible para que revientes y te puedan encerrar; arrancándote lo que más quieres para devastar tu alma... Sin pegar un solo tiro, sin que nadie se entere, las armas del tirano moderno son de espanto, más mortíferas que las bombas que sólo existen en las fotos de los diarios mentirosos. Eso es lo que hay.
Pero dejando a un lado la crónica socio-política, y los recuerdos sobre los que hacemos balance con la agudeza del escribano que vive su vida en Dios, diré que es posible combatir y vencer en esta guerra. Que, con la fe del pastorcillo que se atrevió a enfrentarse a un guerrero de casi tres metros de altura (cuya cota de malla pesaba sesenta kilos, y cuya lanza tenía una pica metálica de seis kilos de peso), armado tan sólo con un cayado (el leño, figura de la cruz), cinco cantos del río, y una honda; con esa fe a prueba de bomba, se puede -y se debe- hacer frente al tirano. No somos nosotros, sino Dios, quien ha traído la Historia, con sus sublimes logros, hasta aquí; y es la fe la que va a llevarla a plenitud. Este es el sentido -perdido- que revitaliza nuestra existencia, haciéndola hermosa y valiosa. Vale la pena dar la vida por una esperanza así, y mucho más teniendo el apoyo de los millones de testigos que en el mundo han sido. Vale la pena dar la vida -si nos fuera pedida- por España y sus maravillas. Y hacerlo sin odio, por amor de las criaturas, de todas sin excepción, también por amor a los enemigos, es decir, con la mente de Dios.
Con Él, por Él, y en Él siempre, hasta llegar a ser Uno con la Santísima Trinidad que habita amorosa en el Cielo. Amén. ¡Felices vacaciones, amigos! Jugad con vuestros pequeños a tirar piedras en las aguas cristalinas españolas, y que salten como ranitas... ¡que salten hasta la eternidad! Adiós.
(*) La sabiduría de los perfectos -escondida, desconocida de los poderes de este mundo, propia de los que han alcanzado el pleno desarrollo de la vida y el pensamiento cristianos- cuyo objeto es el secreto del designio de la salvación ya realizada en Cristo. (1 Co 2 6ss)
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