MANUAL DE RESISTENCIA CATÓLICA
Le regalé a mi padre esa navaja, y él, excombatiente, me la legó en su lecho de muerte. 'La iglesia le regala' a nuestros hijos este tomo, y ellos, lo toman... o lo dejan. Ha pasado otra semana, la última del año litúrgico, y no ha sido, con toda seguridad, la mejor de nuestra vida, con tantas amenazas como tenemos que soportar. A mí me sentaron de nuevo en el banquillo; uno que come el mismo pan del cielo que yo, sabiendo de sobra que me acusaban falsamente, y pudiendo evitarlo, buscó adrede hacerme daño; algo impensable en una comunidad cristiana que viviera con una fe sincera y una conciencia bien formada, pero sea todo para mayor gloria de Dios. Hoy, con la tensión pasada, las fricciones -de dentro y de fuera-, la actividad intensa, y el dormir poco y mal, me he levantado espeso; pero, ¡qué poder tan grande el de Jesucristo!, que es capaz de acompañarnos en nuestras tribulaciones y al mismo tiempo hacernos sobrevolarlas. Rezando Laudes y Oficio , el canto del Miserere me...