EL MAL NO TIENE LA ÚLTIMA PALABRA

Belleza, bondad, verdad... lo que vale la pena. Toca hacer balance del curso, cómo nos ha ido, y cómo se presenta el curso que viene. Este balance es el de un esclavo que viaja hacinado en la bodega de un barco, a oscuras y con muchas necesidades de todo tipo, materiales y espirituales; y con un gran dolor en el alma porque no es libre. En la cubierta va la tripulación, cada uno en su puesto, pero cómodamente instalados; y los dirige el Alto Mando, todos con guerreras aterciopeladas, fumando en pipa, y tomando Martini, Oporto o Chivas, según el momento del día. Ese esclavo podría ser cualquiera de nosotros, los que no tenemos servicio doméstico permanente y exhaustivo. Sin nadie que nos diga qué pasa afuera -porque la mentira se ha hecho dueña del ágora social- elaboramos nuestras conclusiones a partir del recuerdo de nuestra vida en libertad y de la ciencia de la cruz (*). Por el recuerdo se nos hace presente que en unos tiempos duros se edificó una España vigorosa, que llegó a s...